Puerta del Carmen.
Ávila.
La Puerta del Carmen
recibe su nombre porque allí se adosaba un convento carmelita, después Cárcel
Provincial. Sobre sus restos se ha levantado el actual Archivo Histórico
Provincial. El vestigio más reconocible de aquel conjunto conventual es la
espadaña de ladrillo. Un elemento fotografiado por los espectaculares nidos de
cigüeña que allí se asientan.
La intervención
arqueológica llevada a cabo en esta puerta permitió comprobar como uno de los
torreones de la puerta se había concebido hueco, con revoco al interior y que,
después, fue colmatado. Se trata del único de todo el recinto de las murallas
en el que se ha comprobado esta circunstancia. Las otras ocho puertas no
cuentan con esta peculiar característica.
La Puerta del Carmen
corresponde a una entrada en claro esviaje. Esto quiere decir que, para acceder
desde el exterior, se debe efectuar un viraje, impidiendo que se pueda encauzar
de una forma recta. Se trata de una fórmula muy utilizada en la arquitectura
militar musulmana. Garantizaba una mejor defensa al impedir un ataque frontal.
También se diferencia de otros accesos porque los torreones que lo circundan
tienen planta cuadrada.
Quienes tengan hecha
una reserva en el Parador de Ávila, aquí encontrarán su mejor punto de acceso a
pie. No obstante, el recinto cuenta con parking propio y es posible acceder en
coche hasta el mismo.
Al interior de la
Puerta se sitúan las Bóvedas del Carmen, las antiguas caballerizas del Palacio
de los Vela, espacio habilitado como depósito de piezas arqueológicas halladas
en diversos puntos de la capital y que merece ser incluido en nuestra visita.
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