La plaza del Mercado
Chico, la plaza mayor de Ávila, está situada en el centro de la ciudad,
intramuros, rodeada por la plaza de Zurraquín y calle del Marqués de Benavites
al norte, mercado de abastos al este, e iglesia de San Juan al sur. Nacen de
esta plaza las calles de Comuneros de Castilla, y Reyes Católicos al este,
Caballeros al sur, y Vallespín al oeste. Entre las dos últimas se abren las
escaleras que dan acceso a la calle Sancho Dávila. Es una plaza rectangular con
soportales en tres de sus lados. Se orienta en el eje NE-SW, con el
Ayuntamiento en el lado NE, y enfrente la iglesia de San Juan Bautista, en el
lado sin soportales.
Algunos autores
consideran que pudo ser el cruce entre las calles decumano y cardo de la ciudad
romana. La primera plaza de la que se tienen noticias es de época medieval,
posiblemente porticada. A su alrededor se reunieron los distintos gremios,
dando lugar a calles con nombres como «Pescadería», «Alhatería», «Zapateros»,
«Carnicerías» o «Cuchillería». A partir del siglo XVIII se realizaron varios
proyectos de renovación de la plaza, que no llegaron a concluirse.
Su configuración actual
data del siglo XIX y responde a un proyecto neoclásico de Juan Antonio Cuervo
salvo la Casa Consistorial que es obra de Ildefonso Vázquez de Zúñiga. Los
lados de la plaza construidos presentan tres alturas: una primera de arcos
semicirculares sobre pilares y dos superiores en los que predomina el ladrillo.
La fachada del Ayuntamiento, resuelta principalmente con sillares de granito,
consta de un primer nivel de arquerías, un piso noble con balconada y un nivel
superior con dos torres.
Aunque en el pasado ya
se nombró así, y aunque en la tradición oral de los abulenses siempre ha estado
presente el nombre de Mercado Chico, su actual denominación data de principios
del siglo XXI. En el siglo XV hay referencias a esta plaza como de San Juan,
sin especificarse si se trata de esta plaza o de la que se abre al oeste de la
iglesia de San Juan, pues también en ese siglo se denominaba del Mercado Chico.
Durante los siglos
siguientes siguió denominándose del Mercado Chico, y tuvo una fuente, peso
público y mesones alrededor, además de cerrarse como coso en días festivos. A
partir de 1812, tras la aprobación de la Pepa, se llamó «plaza de la
Constitución». Doce años se mantuvo ese nombre, hasta que con la dictadura de
Primo de Rivera se cambió de nuevo, esta vez a «plaza de la Religión y del
Rey». No está claro en qué momento se cambió de nuevo el nombre a la plaza,
pero se sabe que al inicio de la Guerra Civil Española se cambió de «plaza
Real» a «plaza de la Constitución». Finalizada la guerra, en 1939, volvió a
renombrarse como «plaza de la Victoria». El último cambio se produjo el 30 de
marzo de 2001, para llamarse como en sus orígenes, del Mercado Chico.
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