Los edificios
tradicionales del bazar del jardín Yu no son antiguos, pero resultan muy
atractivos con sus pintorescos tejados. Las tiendas venden desde recuerdos
turísticos a medicinas tradicionales y, a pesar de que los precios son
elevados, la zona es muy popular. Conviene llegar temprano y dirigirse
directamente al precioso y tranquilo jardín Yu (Yu Yuan), de la dinastía Ming.
Una comida consistente en bolitas de masa rellenas antes de que los
restaurantes se llenen es suficiente para pasar una tarde de compras y regateo,
seguida de una taza de té en el peculiar salón de té Huxingting.
SHANGHAI.
Shanghai, a caballo
entre las dos a orillas del río Huangpu, muy cerca de la desembocadura del Yangtsé
en la costa oriental de China, es la ciudad más grande y dinámica del país, con
más de 23 millones de habitantes. Su condición de municipio autónomo y la
explosión económica e industrial la han convertido en una de las urbes de
crecimiento más rápido del mundo.
El desarrollo de
Shanghai, que significa sobre el mar, es un fenómeno reciente comparado con el
del resto de urbes chinas. En el siglo XIII se convirtió en la sede de un
pequeño condado y así permaneció hasta mediados del siglo XIX, cuando las
ambiciones comerciales británicas propiciaron la guerra con China. El Tratado
de Nanjing subsiguiente concedió a los británicos el derecho a comerciar
libremente desde algunos puertos, entre ellos el de Shanghai. La ciudad se
transformó rápidamente en un reducto de lujo, de prosperidad y, en última
instancia, de decadencia. Fue dividida en concesiones, donde los extranjeros
residieron en versiones en miniatura de Gran Bretaña primero, y luego de
Francia, Estados Unidos y Japón. El Bund, el muelle a orillas del Huangpu,
sigue ocupado por una hilera de edificios estilo concesión, legado de la época
en la que Shanghai fue el tercer centro financiero del mundo. En 1949, la
entrada de los comunistas la despojó de toda su majestuosidad. A pesar de todo,
la declaración del barrio de Pudong como Zona Económica Especial en 1990
estimuló su renacimiento. El frenético ritmo de inversiones propició la
aparición de pasos elevados, centros comerciales y hoteles, y complejos de
llamativos rascacielos de metal y vidrio comenzaron a erigirse sobre el
Huangpu. Este auge de las infraestructuras se ha disparado gracias al motor de
la expo 2010. Los dos aeropuertos han sido mejorados y se han construido nuevas
carreteras, líneas de metro, hoteles y oficinas. Se puede decir que Shanghai es
el mejor ejemplo de la China del futuro.
Visitando
Shanghai.
El casco antiguo es
típicamente chino, con callejones, mercados y templos. Está situado al sur y
alberga el Yu Yuan, el jardín tradicional más bello de Shanghai. La zona de las
viejas concesiones abarca la Concesión Francesa, al oeste del casco antiguo, y
las Concesiones Británica y Americana – conocidas colectivamente como Colonia
Internacional-, al norte. En este barrio se encuentran el Bund –el paseo que
discurre junto al río, recorrido de elegantes edificios coloniales, como los
hoteles Fairmont Peace y Waldorf Astoria- y las dos arterias comerciales más
importantes, Nanjing Road y Huaihai Road. Pudong, el barrio más moderno, se
extiende en la orilla este del Huangpu, donde se elevan algunos de los
edificios más altos del mundo.
Paisajes
del jardín Yu.
Los muros dividen el
jardín en seis paisajes, de ahí que parezca un laberinto y más grande de lo que
es. Normalmente se llena de visitantes por la tarde y los fines de semana.
Salón
de té Huxinting.
Este edificio lo
construyeron en 1784 comerciantes de algodón y se transformó en salón de té en
el siglo XIX. El puente en zigzag protege de los malos espíritus, que no pueden
doblar esquinas.
Muro
del dragón.
El muro encalado del
jardín está rematado por el cuerpo serpenteante de un dragón. Sólo tiene cuatro
garras y no cinco, como el dragón imperial, para no ofender al emperador.
Rocalla.
Se considera una de las
rocallas ming más logradas, además de la más grande. La composición imita los
picos, cuevas y gargantas del sur de China.
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