El seminario conciliar
de San Julián está en la céntrica plaza de la Merced, uno de los lugares más
encantadores del casco antiguo de Cuenca, tanto por su monumentalidad como por
su situación dentro de la ciudad alta. Fue creado por el arquitecto Vicente
Sevilla en 1741 por orden del obispo Flórez Osorio, sobre los restos del
palacio del marqués de Siruela. Hoy en día siguen formándose aquí quienes serán
los futuros sacerdotes de la diócesis conquense.
Entre las joyas
artísticas destacan la fachada de estilo barroco, que data del año 1746; la
portada, también barroca, de la capilla del Seminario y su magnífico retablo
gótico, obra del Maestro de Horcajo. Hay una importantísima biblioteca de fondo
antiguo en una de las estancias del edificio.
Haciendo esquina con la
portada del Seminario, y también con una espectacular portada barroca,
estructurada en tres cuerpos, nos encontramos la iglesia de la Merced, que da
nombre a la plaza en la que se encuentra. En su origen formó parte del convento
de mercedarios, instalado en este lugar en 1684, junto al palacio del marqués
de Cañete y el antiguo alcázar árabe. Tiene una sola nave cubierta con bóveda
de medio cañón con lunetos que produce una notable sensación de amplitud en
altura. En su interior hay un precioso balcón rococó, trazado por el genial
Martín de Aldehuela. El gran número de seminaristas, en la primera mitad del
siglo XX, hizo que esta Iglesia pasara a formar parte del Seminario. Desde el
año 2005 es la Biblioteca de fondo moderno del Seminario Conciliar. Su espacio
es ideal para conciertos, conferencias, congresos, etc…
El seminario tiene dos
patios interiores, en torno a los que se disponen las habitaciones. Algunas de
ellas dan a los mencionados patios; otras tienen unas preciosas vistas a la hoz
del Júcar, mientras que otras dan al exterior a la calle peatonal de Santa
María, que separa el Seminario del Museo de las Ciencias de Castilla la Mancha.
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