Ermita de San Segundo.
Ávila.
La iglesia de San
segundo es la más occidental de los templos abulenses, y también situada a
menor altitud al situarse a orillas del río Adaja. Tenía advocación a San
Sebastián y Santa Lucía, pero en 1519, tras abrir la pared que separaba la
capilla mayor de la colateral derecha, apareció un arca de piedra en el que se
podía leer «Santus Secundus» y dentro otra de madera que contenía huesos,
cenizas, restos de vestiduras, un anillo de oro y un cáliz. Esto hizo que se
creyera que pertenecería a los restos del apóstol Segundo, el cual, además de
ser quien fundara la ciudad de Ávila, sería el primer obispo de la ciudad.
El traslado de los
restos de San Segundo desde la ermita a la catedral se celebró a finales del
siglo XVI, con gran júbilo entre los abulenses. Desde entonces, la ermita pasó
a llamarse de San Segundo, y el culto a San Sebastián se trasladó a un pequeño
humilladero a la salida de la ciudad en la carretera de Salamanca, y que hoy
conocemos como los Cuatro Postes. Con la nueva advocación a San Segundo se pasó
a tener un vínculo sentimental de la ciudad con la iglesia, aunque durante los
siglos de la modernidad hubo una pérdida de actividad y olvido hasta 1923, con
la declaración de Monumento Nacional, que hizo que se volviera a conmemorar y
celebrar el patronazgo del Santo sobre la ciudad de Ávila.
La construcción del
templo se estima que sería entre el 1130 y 1160, al ser coetánea de San Andrés
y a la que tradicionalmente se le relaciona. Tiene planta de tres naves y una
cabecera tripartita desviada, lo que se en alguna ocasión se ha justificado al
relacionarlo con la inclinación de la cabeza de Cristo en la cruz, aunque no
parece plausible esta explicación, señalando como causa más probable que se
debiera a alguna irregularidad del terreno, a un fallo de los constructores o
incluso a la existencia de alguna estructura de un culto anterior. De estilo
románico solamente se conserva la cabecera triabsidal, la portada meridional y
los muros de carga aunque la cabecera ha sido muy transformada al abrirse
comunicación entre las tres capillas a través de arcos.
El templo se alza sobre
un zócalo de sillares de granito, sobre las cuales se levantan hiladas de
granito ocre de piedra caleña. La cabecera, rematada con canecillos de nacela,
no tiene vanos y en su parte norte se han añadido algunas edificaciones
posteriores adosadas, mientras que en el interior se cubre con bóveda de cañón
y horno. Las naves fueron desmanteladas en 1519 y rehechas por los canteros
Lázaro de la Peña y Pedro de Huelmes, mientras que la armadura de madera fue
realizada en 1521 por el carpintero Rodrigo de Matienzo.
Mientras que la puerta
oeste es del siglo XVII, con un gran arco carpanel y un óculo sobre ella, es de
estilo barroco y permanece cegada, la puerta del mediodía, si es de estilo
románico, abocinada y de medio punto, está decorada con arquivoltas de rosetas
y de baquetón sobre jambas y columnas lisas, grifos, hojas similares a las de
San Andrés e incluso un ave con las alas extendidas que decoran los capiteles.
Se estima que intervinieron dos talleres escultóricos en la fábrica de San
Segundo, uno que trabajaría la cabecera, y otro la portada, hacia el segundo
tercio del siglo XII.
Con el devenir de los
siglos la iglesia de San Segundo ha sufrido grandes transformaciones, como la
construcción de una pequeña sacristía, o los grandes arcos de separación de las
naves y que soportan la armadura y cubiertas de madera. Y también, la curiosa
construcción adosada a su pared norte, hoy en ruinas y de la cual solo
permanecen en pie los muros exteriores, que pertenece a la primera casa que
tuvieran los carmelitas calzadas al establecerse en Ávila, allá por el 1600.
Las últimas obras de
restauración de la ermita se han centrado en las cubiertas, a cargo de
construcción y restauración Stoa.
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