sábado, 29 de octubre de 2016

Torre de Belém. Lisboa. Portugal.










Entre 1515 y 1521, Manuel I mandó levantar esta torre defensiva en medio del río. Antiguamente, era el punto de embarque para los navegantes que partían a descubrir nuevas rutas marítimas, por lo que esta joya manuelina se ha convertido en símbolo de la expansión de Portugal. El exterior de la torre está ricamente decorado: piedras talladas imitando cordajes, balcones abiertos, atalayas moriscas y almenas con forma de escudos. El salón gótico debajo de la terraza, antiguo almacén de armas y prisión, es austero, pero las habitaciones privadas merecen la visita por la bella arquería y el panorama que desde allí se contempla.

Una imagen de la Virgen del Feliz Retorno mira al mar como símbolo de protección para los marinos que zarpaban a ultramar.

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