Las tumbas de Manuel I, su esposa Dona Maria, Joao III y Catarina descansan sobre elefantes en las cuatro capillas laterales del altar mayor.
Tumba del rey Sebastiao: la tumba de Dom Sebastiao está vacía. El joven rey nunca volvió de la batalla de 1578.
Tumba de Luis de Gamoes. En el Monasterio de los Jerónimos
del barrio lisboeta de Belem, descansan los restos del poeta portugues
Luis de Camoes, bajo un túmulo neomanuelino. Este Monasterio donde
también reposan los restos del navegante Vasco de Gama, fue construido
por el rey Manuel I para conmemorar el afortunado regreso de las Indias
del citado navegante. En su tumba podemos leer unas líneas de su obra Os
Lusíadas: " Pera servir-vos, braço às armas feito, Pera cantar-vos,
mente às Musas dada...."
Tumba de Vsco da Gama: la tumba fue erigida en el siglo XIX y en la talla hay símbolos náuticos, como cuerdas y esferas armilares.
Refectorio: sus muros están cubiertos de azulejos del siglo XVIII. El panel del extremo norte muestra El milagro de los panes y los peces.
Claustro: la más auténtica creación manuelina de Joao de Castilho data de 1544. Los arcos y la balaustrada están adornados con tracerías y bellas figuras.
La sala capitular alberga la tumba de Alexandre Herculano (1810-1877), historiador y primer alcalde de Belém.
Monumento
a la grandeza de la era de los descubrimientos, el monasterio es la obra más
representativa del estilo manuelino. Manuel I lo mandó construir en 1501, tras
el regreso de Vasco da Gama de su histórico viaje, y se levantó gracias al
dinero de la pimiento, es decir, con las ganancias del tráfico de especias.
Varios arquitectos trabajaron en su construcción, el más notable de los cuales
fue Diogo Boitac, sustituido por Joao de Castilho en 1516. El monasterio
perteneció a la orden de San Jerónimo hasta 1834, año en el que se disolvieron
todas las órdenes religiosas.
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