martes, 25 de octubre de 2016

Catedral Vieja/Sé Velha. Coimbra. Portugal.








La catedral Vieja, más parecida a una fortaleza, es un buen ejemplo del románico en Portugal, una celebración en piedra del triunfo sobre los musulmanes en 1064. El primer rey de la nación, Afonso Henriques, convirtió Coimbra en la capital, y su hijo, Sancho I, fue coronado en ella en 1185, poco después de que la catedral se completara.

En el sobrio interior, pilares cuadrados conducen la vista por la nave hacia el retablo sobre el altar, obra de artesanos famencos de 1502, que retrata el nacimiento de Cristo, la Asunción y a varios santos. Otro recargado retablo del siglo XVI en el transepto sur y una pila manuelina se atribuyen a Diogo Pires el Joven. El austero claustro, construido en 1218, fue restaurado en el siglo XVIII.

El primer gobernador cristiano de la ciudad, Sisinando (un musulmán converso que murió en 1091), descansa en su tumba en la sala capitular, y en la nave norte se halla el sepulcro de la bizantina Dona Vetança (murió en 1246), dama de compañía y tutora de la esposa del rey Dinis, la reina santa Isabel.

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