La doble muralla de Plasencia, o lo que es lo mismo, una muralla y una barbacana fueron los comienzos de la defensa de nuestra ciudad.
Entre ambas se situaba el paseo de ronda y el foso.
Las murallas estaban además protegidas por el Castillo/Alcazar en el norte, así como un total de 4 grandes torres (se conserva la Torre Lucia Plasencia o de Almenara) y unos 70 cubos que guardaban a su vez las Siete Puertas y los dos postigos. Se conservan más de 20.
También cabe destacar el acueducto de Plasencia, construido más tarde bajo la misma estética.
La actual muralla es una de las obras más rápidas que jamás se hicieron en la ciudad. El Rey Alfonso VIII tardó 9 meses en reconstruirla tras la toma de la ciudad por los musulmanes al poco de fundarla. Para ello empleó a 10.000 hombres que destinó a proteger su nueva ciudad.
Curiosidades de la muralla de Plasencia
Las puertas estaban todas ellas decoradas con lápidas con mensajes que en algunos casos se conservan, como en la Puerta del Sol o Puerta de Berrozanas.
En otras se han perdido tras las múltiples reformas posteriores como puede pasar en la Puerta del Carro o del Clavero. En el caso de la Lápida de la Puerta de Talavera, la llamada “lápida de la Libertad” se encuentra en la antesala del Salón de Plenos del Ayuntamiento tras derribarse la Puerta para dejar paso franco a la ciudad a Felipe V de Anjou.
Otras puertas son la de Coria o la de Trujillo, aunque esta última es más conocida como “Cañón de la Salud” pues sobre su arco se encuentra la ermita de la Virgen de la Salud en tiempos pretéritos quasi-patrona de la ciudad y que se abre únicamente en su novena.
Los dos postigos (puertas menores) son el de El Salvador en
referencia a la Iglesia cercana y el de Santa María, junto a la Catedral Nueva,
en este último se puede ver perfectamente la doble muralla de la ciudad y desde
él accedemos al patio del Enlosado para ver la fachada barroca de la Catedral
Nueva.
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