La Iglesia de San Nicolas fue construida en el siglo XIII y es una de las primeras iglesias de la ciudad.
Destaca además de su factura tardo-románica o proto-gótica la belleza de sus retablos interiores, así como la lucerna que hay en la nave del evangelio (la de la izquierda según se mira al altar mayor).
La iglesia ha sufrido numerosas restauraciones a lo largo de los siglos. La primera y muy profunda llevada a cabo por la familia Monroy, en concreto por Don Nuño Pérez de Monroy, que fue enterrado en ella (murió en 1326) y por su hermano Fernando.
Su aspecto actual es gótico debido a la última restauración del siglo XV. También pueden verse importantes daños en su fachada sur. Donde se encuentra el rosetón, puede verse una gran grieta, provocada por el terremoto de Lisboa, así como lo sellos de yeso que se utilizan para comprobar si dicha grieta se agranda y hace peligrar estructuralmente la iglesia o no.
En el interior se diferencian tres naves, donde destacan las capillas de enterramientos de Fernando de Loaisa de mediados del s. XVI (lado de la Epístola), con bóveda de crucería estrellada y retablo sobre tabla de la Asunción de la Virgen, de 1561, de los artistas flamencos Juan de Flores y Jorge de la Rúa. La capilla del obispo de Coria, Pedro de Carvajal Girón, cubierta con cúpula elíptica de principios del siglo XVII y estatua orante del prelado realizada por el escultor portugués Andrés Francisco, natural de Entremoz.
La parroquia de San Nicolás de Bari tiene elementos románicos muy importantes, como las dos portadas y el campanario y una preciosa pila bautismal románica en su interior.
El Fuero de la ciudad fijaba la portada norte como lugar para resolver los pleitos y juicios entre judíos, árabes y cristianos.
Es visitable durante todo el año y sobre todo son destacadas los segundos domingos de mes las eucaristías cofrades.
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