Entre el templo Ginkakuji y el templo Eikan-do encontramos el Tetsugaku no michi (哲学の道), el Paseo del filósofo o Camino de la filosofía en español. Se encuentra, por tanto, al norte del barrio de Higashiyama y al este de la ciudad de Kioto.
Este camino es una preciosa ruta de unos dos kilómetros de largo paralela al estrecho canal Shishigatani que forma parte del sistema de canales que llegan hasta el lago Biwa. El canal se construyó durante el periodo Meiji (1868-1912) para alimentar la primera planta hidroeléctrica de Japón.
El camino obtuvo su nombre del filósofo japonés y profesor de filosofía Nishida Kitaro (1870-1945), quien solía meditar en esta zona de camino a la Universidad de Kioto. Hoy quizá nos será difícil meditar, puesto que el camino siempre está lleno de turistas haciendo fotos y habitantes de Kioto dando un paseo.
La zona del Camino de la filosofía está especialmente concurrida en primavera, cuando florecen los cerezos a ambos lados del canal. De hecho, el Camino de la filosofía es uno de los lugares más famosos y populares para ver las preciosas flores de sakura en Kioto. En verano, el camino proporciona cierta sensación de frescor ante el inmenso calor y humedad de la ciudad, mientras que en otoño está precioso con el momiji o cambio de color de las hojas. Además de cerezos y arces, hortensias y camelias florecen también en el camino, por lo que está bonito en cualquier época del año.
Los orígenes de la palabra tetsugaku o filosofía en japonés.
El sentido originario de la palabra filosofía es la sabiduría como unión del conocimiento teórico y práctico. En el caso de Japón, antes del final de la época Tokugawa ya había intelectuales y científicos japoneses que reconocían el valor de algunas ramas del conocimiento occidental, pero con el aislamiento del país, esto se limitaba a los estudios holandeses, rangaku en japonés, que eran estudios de obras de medicina y ciencias naturales.
Takano Chōei fue una de las voces más críticas de finales del periodo Tokugawa (primera mitad del siglo XIX) y escribió textos donde daba cuenta de la situación de pobreza del país y donde criticaba el papel del gobierno. En estos textos Takano hablaba de la trayectoria de la filosofía occidental pero utilizaba, en lugar de la palabra «filosofo», inexistente en japonés en aquel entonces, gakushi, que se podría traducir como «maestro de conocimientos».
Asimismo, Takano utilizaba el término jitsugaku para referirse al conocimiento derivado de la ciencia experimental, algo que debía quedar incluido en la filosofía. Estos primeros intentos derivaban de la traducción de términos holandeses, con los que Takano estaba familiarizado por sus estudios anteriores, pero fue Nishi Amane quien encontró el neologismo adecuado, tetsugaku, para traducir el concepto de filosofía.
Pero Nishi no encontró el vocablo de forma inmediata sino que hizo varios intentos hasta dar con el más adecuado. Utilizó kyūrigaku (filosofía natural), rigaku (ciencia de la razón), seirigaku (ciencia de la naturaleza de las cosas) y, en 1874, llegó a tetsugaku como abreviatura de kitetsugaku. Tetsugaku surge de los caracteres ideográficos que significan «sabiduría» y «aprendizaje» (哲学), que capta muy bien el significado de filosofía.
Sin embargo, el término hace referencia únicamente al corpus occidental, ya que para Nishi la filosofía como tal no existía en Japón (Godart, 2008). De hecho, la producción intelectual indígena recibe un nombre diferente, shisō.
El Camino de la filosofía puede hacerse desde el templo Eikan-do hacia el norte o desde las inmediaciones del templo Ginkakuji hacia el sur.
En el Camino de la filosofía hay un cartel que indica exactamente el punto en el que comienza el recorrido «oficial».
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