El templo Sensoji (浅草寺) es el templo budista más antiguo de Tokio. Situado en el barrio de Asakusa, está dedicado a Kannon, la deidad de la misericordia. Cuenta la leyenda que se construyó aquí cuando en el siglo VII dos hermanos encontraron una estatua de Kannon en el río Sumida y se decidió consagrarla en un pequeño templo para que todos los habitantes pudieran adorarla.
La historia llamó la atención de muchos peregrinos de todo Japón y poco a poco el templo fue ganando en fama e importancia. En el periodo Edo, cuando se creó el barrio de placer de Yoshiwara cerca de Asakusa, el templo siguió ganando popularidad. Fue entonces cuando el tercer shogun Tokugawa construyó la gran mayoría de los edificios que constituyen el complejo del templo que podemos ver hoy en día.
Sin embargo, muchos de estos edificios fueron destruidos durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial que redujeron una gran parte de Tokio a cenizas y escombros, así que fueron reconstruidos años después. Pero aún permanece intacta alguna de las construcciones originales.
Puerta Kaminarimon
Podemos llegar al templo Sensoji de muchas maneras, pero la más típica y sin duda la más recomendable es cruzando la puerta de los truenos o Kaminarimon (雷門). Es la puerta exterior del templo y un auténtico símbolo del barrio de Asakusa y de la ciudad de Tokio. Su nombre oficial es Furaijinmon (風雷神門), derivado del nombre de los dos dioses que la flanquean a su entrada.
La puerta, de 11,7 metros de alto. Se construyó en el año 942, aunque no estaba situada exactamente donde la podemos ver ahora. Se movió a este lugar en 1635, que es cuando se cree que se añadieron las estatuas de Raijin y Fūjin, los dioses del trueno y el viento respectivamente.
Fue destruida muchas veces a lo largo de la historia y la estructura actual es, de hecho, de 1960.
En la puerta Kaminarimon hay cuatro estatuas de dioses de la mitología budista. En la parte frontal tenemos a Fūjin en el lado derecho o este, que es el dios del viento; y Raijin, el dios del rayo, del trueno y de las tormentas, situado a la izquierda, en el lado oeste.
Asimismo, en la parte posterior de la puerta están las otras dos estatuas, la del dios Tenryū a la derecha, en el lado este, y la diosa Kinryū a la izquierda, en el lado oeste.
Pero sin duda, el centro de atención del Kaminarimon, que atrae a hordas de turistas locales y extranjeros armados con cámaras a casi cualquier hora del día, es la lámpara gigante de papel con estructura de bambú (chōchin en japonés).
Esta preciosa lámpara tiene 4 metros de alto y 3,4 metros de circunferencia. Para que os hagáis una idea de lo inmensa que es, pesa 670 kilos.
Eso sí, la lámpara no es original, sino una restauración que donó el fundador de Panasonic en 2003 para conmemorar el 400º aniversario del comienzo del periodo Edo. En su parte delantera tiene escrito en kanji el nombre por el que comúnmente se conoce la puerta, es decir, Kaminarimon (雷門), mientras que por detrás tiene escrito el nombre oficial de la puerta, Fūraijinmon (風雷神門).
Debajo de la lámpara podemos ver un dragón tallado en madera.
Calle Nakamise
Al cruzar la puerta Kaminarimon llegamos a la calle Nakamise o Nakamise-dori (仲見世通り). Se trata de una calle comercial de 250 metros de largo que nos lleva desde la puerta Kaminarimon hasta la segunda puerta de acceso al templo, la puerta Hanzomon.
La calle tiene 89 pequeñas tiendas y puestos que venden desde recuerdos y souvenirs como kimonos o abanicos a galletas ningyoyaki, bollos agemanju o galletas de arroz sembei, todas típicas de Asakusa.
La calle Nakamise es una de las calles comerciales más antiguas de todo Japón y parece ser que su origen está en el importante incremento de población que experimentó la ciudad de Tokio –entonces Edo– cuando el shogun Tokugawa Ieyasu asumió el poder y fijo su residencia en esta ciudad.
En el periodo Edo esta zona se desarrolló como una auténtica monzen-machi, una zona de entretenimiento para los peregrinos que visitaban el templo Sensoji.
Aquí hay tiendas de todo tipo de recuerdos y souvenirs como yukata, kanzashi tradicionales, abanicos, muñecas japonesas y todo tipo de recuerdos turísticos como postales, imanes, etc.
Y además también hay puestos de galletas de arroz sembei y otros dulces típicos de la zona como el agemanju o el ningyoyaki, unos bizcochos unos bizcochos rellenos de pasta de judía roja.
Como curiosidad, las persianas de los comercios están decoradas según la estación del año, por lo que también es bonito pasear por la calle Nakamise cuando las tiendas están cerradas: podremos dar un paseo más tranquilos y sin tanto agobio de turistas comprando y además disfrutaremos de la decoración en las persianas de las tiendas.
En los alrededores de la calle Nakamise podemos encontrar también multitud de tiendas de recuerdos y objetos tradicionales como kimonos, abanicos o cerámica, en una zona que recuerda el auténtico ambiente de un shitamachi o centro antiguo de la ciudad.
Por la noche es cuando las tiendas cierran y podrás ver, en sus cortinillas metálicas, preciosos diseños y decoraciones.
Puerta Hozomon
Al final de la calle Nakamise encontramos la segunda puerta de acceso al templo Sensoji: la puerta Hozomon (宝蔵門), que en su origen se llamaba puerta Niomon (仁王門) y era la puerta principal del templo.
Como la puerta Kaminarimon, la puerta Hozomon también tiene dos estatuas guardianas que se dice que se modelaron en la década de 1960 a imagen y semejanza de los luchadores de sumo Myobudani Kiyoshi (a la derecha) y Kitanoumi (a la izquierda).
Las grandes alpargatas de paja waraji que veréis al otro lado de la puerta son obra de los habitantes de Murayama (en la prefectura de Yamagata).
Se entregaron al templo en agradecimiento por dejar que un escultor de su ciudad se encargara de las estatuas protectoras de la puerta. Las alpargatas se cambian cada pocos años y pesan 2,5 toneladas cada una.
Pagoda de cinco pisos
Al cruzar la puerta Hozomon entramos finalmente en la explanada central del templo. A nuestra izquierda veremos la imponente pagoda de cinco pisos.
La pagoda original era una construcción del siglo X, pero fue destruida y reconstruida en múltiples ocasiones hasta ser finalmente destruida durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Así pues, la construcción que vemos hoy en día es una reconstrucción moderna, aunque sigue siendo igual de impresionante.
La pagoda no está abierta al público, pues funciona como una especie de cementerio, para entendernos, ya que guarda en su interior las tablillas mortuorias de miles de familias, así como algunas reliquias de Buda.
Camino de acceso al salón principal
Si seguimos caminando en dirección al salón principal, encontraremos algunas tiendas adicionales dedicadas a la venta de productos del templo como amuletos omamori, barritas de incienso para quemar, caligrafía goshuin hecha por los monjes del templo y muchísimos puestos de papelitos de la fortuna omikuji.
Cerca de las escaleras de acceso al salón principal, encontramos la zona de quema de barritas de incienso y el temizu-ya o zona de ablución.
Por otro lado, podéis acercaros a continuación al temizu-ya y además de hacer el ritual de ablución, podéis echar un vistazo a la detalladísima estatua de bronce de un dragón que aquí encontraréis.
Estatua sentada de bronce de Amida Nyorai. |
Estatua sentada de bronce de Amida Nyorai. |
Estatua sentada de bronce de Amida Nyorai. |
Pagoda del tesoro de bronce. |
Puente de piedra. |
Puente de piedra. |
Kuzuryu Gongen. |
Puente de piedra. |
Tokyo Skytree desde Asakusa Kannon. |
Tokyo Skytree desde Asakusa Kannon. |
Tokyo Skytree desde Asakusa Kannon. |
Tokyo Skytree desde Asakusa Kannon. |
El salón principal Hondo
El edificio más importante del templo es el salón principal Hondo (本堂), a veces llamado también Kannon-do (観音堂), puesto que aquí es donde se supone que todavía se encuentra enterrada la estatua de Kannon que encontraron los dos pescadores hace 1400 años.
El salón principal, de 1150 m2 y Tesoro Nacional, está dividido en el santuario interior de suelo de tatami (naijin) y el santuario exterior de suelo de hormigón (gejin).
En el centro del santuario interior encontramos una réplica de Kannon que se muestra al público todos los 13 de diciembre, además de otras estatuas de deidades budistas.
Salón Bentendo
En el extremo sudoeste del templo encontramos el salón Bentendo (弁天堂), donde está consagrada la deidad Benten, aunque suele estar cerrado. A su lado, podemos ver la enorme campana que suena todos los días a las 06:00 horas y un bonito jardín lleno de estatuas, entre las que destacan dos boddhisatvas de 1687: Seishi a la derecha y Kannon a la izquierda.
Por cierto, que si bien la torre de la campana fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial y reconstruida en la década de 1950, la campana de 1692 aguantó y es la que vemos hoy.
Puerta Nitenmon
Justa a la derecha del salón principal, encontramos la puerta Nitenmon (二天門), que se construyó a comienzos del siglo XVII como puerta de entrada al santuario Toshogu, situado en el interior del templo. Pocos años más tarde, el santuario fue destruido por un incendio, pero la puerta sobrevivió a la quema y pasó a usarse como puerta lateral del templo Sensoji.
Como sucede en las puertas Kaminarimon y Hozomon, la puerta Nitenmon también tiene dos estatuas protectoras a derecha e izquierda: Jikokuten y Zozhoten, dos deidades budistas (de ahí el nombre de la puerta, que literalmente significa ‘puerta de las dos deidades protectoras’).
La puerta Nitenmon es una de las pocas estructuras del templo Sensoji que sí sobrevivió a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Santuario Asakusa
En el extremo noreste del salón principal encontramos el santuario Asakusa (浅草神社), un santuario sintoísta dedicado a los pescadores que encontraron la estatua de Kannon y al anciano que decidió erguir el templo en su honor. De ahí que el blasón del santuario sean tres redes de pesca.
La entrada al santuario la marca un torii de piedra construido en 1727 y como ya sucede en el templo Kiyomizudera de Kioto, éste es otro ejemplo de santuario sintoísta dentro de un templo budista.
Salon Yogodo
A la izquierda del salón principal encontramos el salón Yogodo (影向堂), en cuyo interior se encuentra una estatua de Kannon acompañada de ocho Budas protectores de los animales del zodiaco, aunque quizá lo que más nos llame la atención sea un pequeño pero precioso jardín japonés en el que podemos ver el puente de piedra más antiguo de Tokio, puesto que data de 1618.
El salón actual es muy moderno, ya que fue construido en 1994 para conmemorar el 1200º aniversario del nacimiento de Ennin, uno de los principales responsables de la prosperidad del templo.
Salón Yakushido
Al lado del salón Yogodo encontramos el pequeño salón Yakushido (薬師堂), de aproximadamente 30 metros cuadrados, construido en 1649 por Iemitsu, el tercer shogun Tokugawa.
Ésta es, pues, una de las estructuras más antiguas del complejo. En su interior se guarda la estatua principal del Buda Yakushi o Buda de la medicina, así como las estatuas de los «Doce generales celestiales» y las de los «Diez jueces», todas ellas figuras importantes del budismo.
Salón Zenizuka Jizo-do
Cuenta la leyenda que en el siglo XVIII, una ama de casa encontró una jarra llena de monedas en su jardín. Preocupada por si el hallazgo pudiera volverles perezosos, decidió enterrarla de nuevo, algo que justamente les trajo prosperidad. Fue entonces cuando la familia colocó la estatua de un bodhisattva Jizo en el lugar donde se había enterrado la jarra.
El salón Zenizuka Jizo-do (銭塚地蔵堂) tiene consagrada esa imagen del Jizo, razón por la que es visitado por muchos comerciantes y empresarios que buscan éxito en sus negocios.
Salón Awashima-do
Al otro lado de los salones Yogodo y Yakushido encontramos el salón Awashima-do (粟島堂), que data de finales del siglo XVIII. El salón está dedicado a Awajima Myojin, deidad de la prefectura de Wakayama, aunque también tiene consagrados en su interior otros dos bodhisattvas.
Como curiosidad, este salón se usó como salón principal justo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el salón principal fue destruido por los bombardeos aliados.
Pagoda Hokyoin-to
En los jardines cercanos a la pagoda de cinco pisos, podemos ver la pagoda Hokyoin-to (宝篋印塔), una típica pagoda budista que demuestra el nivel de las técnicas de fundición japonesas del siglo XVIII.
Templo Denboin
El templo Denboin (伝法院) es la residencia oficial del sacerdote principal del templo Sensoji y el lugar donde los monjes del templo realizan sus prácticas y ceremonias budistas. Aquí encontramos diferentes edificios del siglo XVIII, como la entrada y el edificio de recepción Kyakuden, o el edificio Ojoin, que contiene una biblioteca y una escuela, del siglo XIX.
El Denboin tiene un enorme jardín de más de 12 000 m2, aunque desde 2012 sólo abre al público desde mediados de marzo hasta comienzos de mayo.
Salón Chingodo
El pequeño salón Chingodo (鎮護堂) es muy curioso porque tiene en su interior una imagen de un tanuki, animal que los japoneses creen que protege de desastres como incendios o robos. Según parece, en 1883 el sacerdote principal del templo tuvo un sueño y declaró a los tanuki que vivían por el templo guardianes del Demboin y de ahí que a comienzos del siglo XX se construyera este pequeño salón en su honor.
Mizuko Jizo
En 1978 se colocó al lado del salón Chingodo la estatua de un Mizuko Jizo (水子供養) en honor a los niños fallecidos.
Salón Komagatado
Por último, situado a las afueras del templo Sensoji, esta pequeña edificación marca el lugar donde los pescadores encontraron la estatua de Kannon hace más de 1400 años.
El salón tan sólo abre al público el día 19 de cada mes y celebra su pequeño festival anual el 19 de abril.
Así pues, el templo Sensoji es mucho más que la puerta Kaminarimon, la calle Nakamise o el salón principal Hondo. Es un lugar de peregrinación y reunión de larga historia que esconde muchos rincones interesantes y bonitos.
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