miércoles, 10 de enero de 2024

Templo Sanjusangendo, Kioto, Japón.

Al este de la estación de Kioto encontramos el templo Rengeo-in, aunque este nombre tal vez no te diga mucho. Seguramente lo conozcas mejor por su nombre popular: Sanjusangendo (三十三間堂).

El templo es famoso por contar con mil y una estatuas de Kannon, la deidad de la piedad budista, todas ellas diferentes. Sin embargo, quizás por su situación o por el hecho de que en el interior no se pueden hacer fotos, no es tan visitado como otros templos similares en Kioto.



El templo fue fundado en 1164 por Taira no Kiyomori, aunque su salón original fue destruido en un incendio en 1249 y reconstruido en 1266. Con 120 metros de largo, es la estructura de madera más larga de todo Japón y realmente impresiona estar frente a ella.

De hecho, el apodo de Sanjusangendo significa literalmente «salón de los 33 espacios entre columnas» y hace referencia al número de huecos entre las columnas del salón principal (gen era una medida usada en el pasado).

Además, el número 33 tiene una importante simbología, porque hace referencia también al número de encarnaciones en las que puede aparecerse Kannon.

El salón principal del Sanjusangendo.

En el centro del salón principal se encuentra una enorme estatua de madera de la «Kannon de los mil brazos» (Juichimen Senju Kannon).

Esta estatua de una Kannon sentada, Tesoro Nacional de Japón, mide 3,3 metros de alto y tiene ojos de cristal esculpidos por Tankei, un gran maestro del siglo XII.

La Kannon está rodeada de 28 deidades guardianas y seguidores, mientras que a ambos lados podemos ver las imponentes estatuas de Fujin (el dios del viento) y Raijin (el dios del trueno) que miden 3,8 y 3,5 metros, respectivamente.

Al lado de la gran Kannon se encuentran 500 estatuas de distintas «Kannon de los mil brazos». Estas estatuas del tamaño de una persona están distribuidas en diez filas de 50 columnas y cada una tiene 11 cabezas para «ser testigos del sufrimiento de los humanos» y mil brazos para «ayudarles a superar el sufrimiento».

En realidad, las estatuas tan sólo tienen 42 brazos, pero según la numerología budista, si restamos los dos brazos humanos y multiplicamos el número restante por los 25 planos de la realidad, obtenemos el número mil. De ahí la expresión de «Kannon de los mil brazos».

© De Zairon - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=77602255

Todas ellas fueron esculpidas en madera de ciprés japonés hinoki y láminas de oro con un nivel de detalle altísimo. Así, cada una cuanta con particularidades y variaciones individuales de expresión y carácter, demostrando así la maestría de los grandes Unkei, Tankei y su equipo en los siglos XII-XIII.

De todas ellas, 124 son originales del siglo XII ya que se salvaron del incendio de 124, mientras que el resto se esculpieron posteriormente en el siglo XIII.

Al salir del salón principal, podemos pasear por los jardines alrededor del templo. Aquí encontramos dos pequeños estanques rodeados de preciosa naturaleza y un monumento de piedra dedicado a Honen.

Honen fue el fundador de la secta Jodo del budismo y el monumento se creó para conmemorar el 13º aniversario del fallecimiento del antiguo emperador Goshirakawa.

Al lado de los estanques también encontramos un precioso temizu donde podemos realizar las abluciones rituales de purificación y una antigua campana budista.

En un extremo también hay un pequeño santuario sintoísta Kuse Inari. Esto demuestra lo mezcladas estaban las religiones budista y sintoísta antes del periodo de Meiji y cómo, pese a la separación de ambas, aún quedan estos vestigios del pasado.

Si entramos por el sur, tendremos que cruzar la puerta Minami Daimon y andar por el camino paralelo al muro, dejando a nuestra izquierda la bella puerta Higashi Daimon, de intenso color bermellón.




 

Fuente: https://japonismo.com/ la mejor web informativa sobre Japón. ¡No dejes de visitarla!

 

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