Torre del Puente de la Ciudad Vieja (Staroměstská mostecká věž)
La Torre del Puente de la Ciudad Vieja pertenece a las construcciones góticas más impresionantes del mundo. La torre, junto con el Puente de Carlos, fue construida a mitad del siglo XIV por el emperador Carlos IV según el diseño de Peter Parler. La puerta a la Ciudad Vieja fue a la vez concebida como un simbólico arco de triunfo, por el cual pasaban los reyes de Bohemia en su marcha de coronación. Para disfrutar de unas vistas inolvidables, los visitantes tienen que subir 138 escalones para llegar a la galería.
Historia del edificio
Una de las obras más impresionantes del gótico secular en el mundo, la torre fue construida por el taller de Petr Parléř de la Catedral de San Vito según el diseño de Parléř en la segunda mitad del siglo XIV. La obra fue dirigida por el escultor y constructor Michael Savoyen, nuero de Parléř e hijo del arquitecto de la Catedral de Colonia. En 1385 el picapedrero Petr tomó a su cargo la casa y el taller y fue él quien terminó la torre. Alrededor de cien pedreros participaron en las obras además de los diseñadores y escultores principales.
Doce cabezas de algunos de los 21 líderes de la Sublevación Estamental ejecutados en la Plaza de la Ciudad Vieja fueron expuestas en 1621 como advertencia en la parte superior de la torre. Las cabezas permanecieron colgadas allí por más de 10 años y fueron luego removidas secretamente en la noche y enterradas en un lugar desconocido hasta hoy.
En 1648 la torre sufrió daños durante el sitio sueco de Praga, sobre todo la cara que da al puente, adornada originalmente con estatuas de la Virgen en trono, el emperador y rey Carlos IV y su consorte Isabel de Pomerania. En la consiguiente reconstrucción, realizada entre 1650 y 1653 por Carlo Lurago y Giovanni Spinetti, una placa de piedra con texto en latín conmemorando la heroica lucha de los praguenses contra los suecos fue colocada sobre dicha fachada. Entre 1854 y 1878 la torre pasó por una minuciosa reconstrucción dirigida por Josef Mocker, durante la cual recibió su techo actual con cuatro torretas en las esquinas. Se realizaron más obras de restauración entre 1952 y 1953 y también en 1978. En el curso de un arreglo menor fueron por casualidad encontradas dos inscripciones misteriosas debajo del techo, escritas sin espacios entre las palabras, que se leen igual de derecho y al revés. Escritas correctamente son estas: Signate, signate, mere me tangis et angis; Roma, tibi subito motibus ibit amor (Señal, si con el tocar me deshonras, ahorcado serás; Roma, amor te será sacrificado de repente con trastornos). Estas frases carecen de un sentido profundo, pero se dice que ocultan en ellas una fórmula mágica de la fuerza y del poder. Es la llamada trampa mágica – un conjuro que tenía que ahuyentar a las fuerzas del mal. Tales inscripciones eran comunes en edificios sacros, sobre todo en Italia.
Decoración escultórica y simbolismo
Las primeras estatuas que se encuentran en la parte inferior están en las ménsulas desde las cuales se levanta el arco de la puerta. En la cara este (la que da a la Ciudad Vieja) está a la izquierda un león devorando un pernil, a la derecha un águila devorando un conejo. En la cara oeste a la izquierda un águila luchando con un grifo, ave mitológica con la cabeza, el cuello y las alas de un águila y el cuerpo, las extremidades y la cola de un león, a la derecha un león luchando con una serpiente. El grifo nació de la unión del león y el águila y la decoración de la torre hace una alusión interesante a este símbolo: en el gablete encima de la estatua de San Vito se encuentra el águila heráldica de San Venceslao y en una ménsula encima de ella está el león checo. El día de la fiesta de San Vito (el 15 de junio) la sombra de la cabeza del león cae sobre el pecho del águila, simbolizando así también la unión de Bohemia y Moravia.
En los chaflanes, a la altura de unos 2 metros, están pequeños grupos de esculturas cómicas: a la izquierda una mujer en hábito y un hombre, cuya mano indiscreta llega debajo del brial de la mujer (dicen las malas lenguas que se trata de una monja y un monje), a la derecha un hombre que está intentando de explorar con su mano los pechos de una mujer.
Entre la parte superior del arco de la puerta y los chaflanes está una imagen de martín pescador en una corona (toalla amarrada con un nudo – emblema del gremio de los barberos), símbolo de Venceslao IV. El martín pescador simboliza también el alma humana, se le adjudicaba la capacidad de proteger ante un rayo, multiplicar tesoros escondidos y calmar las tormentas. La parte de la planta baja de la torre hasta la altura de “un jinete montado en su caballo” corresponde al mundo terrestre, pecaminoso.
La siguiente franja corresponde al simbolismo de la luna; por encima de la puerta en la cara este están los emblemas de las tierras gobernadas por Carlos IV, incluyendo los de Görlitz y Baja Lusacia, territorios conseguidos en 1373, pero se separaron inmediatamente después de su muerte (1378). Por consecuencia, la decoración tuvo que haber sido hecha durante la vida de Carlos. Los dos emblemas del centro son los más importantes: el águila negra sobre el fondo dorado – emperador romano, y el león plateado de dos colas sobre el fondo rojo – rey bohemo.
El simbolismo oculto de la primera planta es el del sol; en el centro destaca la estatua del santo patrono del puente, San Vito, posicionado sobre un modelo del puente, a los costados están las figuras sentadas de Carlos IV (como un hombre ya mayor) y Venceslao IV (como un joven), protegidos por un escudo triangular decorado con 24 cangrejos – símbolos de las 24 horas del día. Los dos soberanos llevan la corona imperial. Más arriba de ellos están las figuras de San Adalberto y San Segismundo.
Las estatuas fueron creadas entre 1389 y 1400. En el año 1854 fueron restauradas de manera poco profesional por V. Linhart y J. Heidelberg. En 1978 fueron reemplazadas por copias de piedra artificial, los originales se exponen en el Lapidario del Museo Nacional.
Una placa con inscripción en latín que conmemora la reconstrucción del puente después de la inundación de 1784 fue colocada en la cara lateral de la torre (hacia el convento de los Caballeros de la Cruz) en 1857.
El pasaje debajo de la puerta con abovedado gótico tiene 8 metros de ancho y luce restos de pintura gótica en la bóveda, completados en 1877 y 1878 por Petr Maixner. La bóveda de crucería del pasaje está dividida por nervaduras entrecruzadas en ocho espacios, dentro de los cuales aparece de nuevo el martín pescador en la corona. En la parte de abajo está una doncella barbera con una herrada en la mano – una referencia a la leyenda de la barbera Zuzana quien liberó al rey Venceslao IV dejándolo huir de un baño adyacente, donde éste acudió para lavarse en la época de su aprisionamiento.
Una escalera de caracol con 138 escalones permite acceder a la torre desde el pasaje. La columna que sostiene a la escalera termina con una estatua de un guardián de la torre de los años 50 del siglo XV. En la primera planta solía al parecer ubicarse el puesto de guardia desde el cual se hacía bajar la reja de hierro para cerrar la puerta. En la segunda planta, que servía como prisión para deudores de familias respetables, destaca el techo neogótico realizado en 1880 según el proyecto del arquitecto Jan Schöbl. Las ventanas lucen vitrales diseñados por Jiří Binko. La torre tiene alrededor de 47 m de alto y el techo con galería mide unos 18 m.
Cambio de las estatuas en 2006
En el otoño del 2006 las copias de las estatuas de piedra artificial de no muy alta calidad instaladas en 1978 fueron reemplazadas por piezas nuevas de piedra arenisca de Hořice de calidad superior. Se cambiaron las estatuas de San Segismundo, San Adalberto, San Vito, Carlos IV y Venceslao IV, el león y dos almetes. El cambio mismo fue realizado utilizando una grúa medieval única, construida por Vít Mlázovský y Petr Růžička de la compañía Ars Tignaria de acuerdo a una imagen de la biblia de Venceslao IV.
Estatua de Carlos IV
Este importante monumento neogótico en Europa Central se construyó en un taller de Núremberg en 1848 con motivo del 500º aniversario de la fundación de la Universidad Carolina. Se creó a partir de una maqueta del escultor Arnošt Hähnel, nacido en Dresde.
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