Ste-Catherine.
Le Bouchon.
Honfleur.
Los sabores, los colores, la
atmósfera de la famosa ciudad donde el Sena llega al mar, no se deben a
grandiosos monumentos o soberbias obras de arte, sino más bien al cuidado y
variado diseño de una arquitectura menor de los siglos XVII y XVIII que, en un laberinto
de calles, crea un cuadro lleno de personalidad, capaz desde hace más de un
siglo de atraer a artistas y pintores. La historia de Honfleur está ligada a su
estratégico puerto, punto de embarque de los grandes navegantes que en el siglo
XVI partían al descubrimiento de nuevos mundos, y convertido después en escala
comercial de primera importancia. El Pont de Normandie, extraordinaria obra de
ingeniería contemporánea (1995), sobre el estuario del Sena, parece subrayar la
unión de la ciudad con el dinamismo industrial de Le Havre, aunque un plan de
protección del centro ha logrado aunar desarrollo “controlado” y recuperación
de los tradicionales sectores urbanos. Entre los ciudadanos más ilustres de
Honfleur están el compositor Eric Satie
y el pintor Eugène Boudin, “cantor” de las infinitas variaciones de luz de los
cielos de Normandía.
Vieux
Bassin.
En torno al Viejo Dique, excavado
en la segunda mitad del siglo XVII en el corazón de la localidad, se alinean
estrechas y altas casas, con fachadas de piedra o madera, vistas o recubiertas
de pizarra. En un tiempo, el núcleo más antiguo de Honfleur estaba cerrado por
muralla y foso. Algún resto de las antiguas fortificaciones toda vía se
reconoce en la Lieutenance, sede del ayudante del gobernador, creada en 1684 al
transformar la antigua puerta de Caen. La iglesia de Ste-Étienne, cuya fachada
da al dique, fue erigida en 1369 y ampliada en 1432; tiene un pórtico de madera
y un alto campanario revestido de madera. Alberga el Musée de la Marine, que
recoge la historia de Honfleur a través de la evolución del puerto y de sus
actividades marítimas. A pocos pasos está el Musée d’Ethnographie et d’Art
Populaire, con obras de arte, muebles, armas, vestidos, objetos de uso
cotidiano e instrumentos de trabajo, que muestran la vida y las actividades tradicionales
de la región de Honfleur en los siglos XVII y XVIII.
Ste-Catherine.
Fueron los maestros carpinteros
de los astilleros de Honfleur quienes construyeron, en el siglo XVI, esta
iglesia, completamente de madera (menos los cimientos), con un peculiar
campanario. Las investigaciones sobre la decoración parecen excluir la
hipótesis de que pudiera tratarse de un edificio provisional y avalan la tesis
de una decisión tomada para “ahorrar” el material pétreo, necesario para la
construcción de las defensas de la ciudad. Alrededor, viejas casas de piedra,
madera o ladrillo, a menudo con pequeños jardines, forman un característico
barrio.
Más elegantes son las
edificaciones de la rue Haute, antigua calle real que conducía a Caen; son
antiguas residencias de capitanes y armadores (siglos XVII-XVIII), algunas con
decoración geométrica o con símbolos marinos. La calle termina en la place
Jean-de-Vienne, señalada por el faro del Hospital (1825), donde en un tiempo se
levantaba el Hôtel-Dieu, hospital fundado en 1525: se conserva la capilla,
compuesta por una nave del siglo XVII y un ala cuadrada que albergaba el coro
de religiosos (1707).
Fuente: Guía Total
Normandía y Bretaña. Anaya Touring.
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