Abadía de
St-Georges.
Entre el bosque de Roumare y el Sena, hay una pequeña aldea
(15 m, 1497 habitantes), dominada por los restos de la imponente abadía de St-Georges.
Extraordinario ejemplo de arte románico en Normandía, fue fundada en 1114 por
los benedictinos en el lugar de una anterior asentamiento canónico.
La iglesia, construida en 1125, cuenta con una alta
torre-linterna sobre el transepto y una elegante fachada románica, con
torreones adyacentes que revelan en los pináculos las primeras muestras del
gótico. En el interior destacan los capiteles esculpidos con motivos vegetales,
escenas de batallas, figuras de animales reales y mitológicos y el fastuoso
confesionario de principios del siglo XVIII situado bajo la tribuna del lado
derecho del transepto (extraño elemento arquitectónico de derivación
carolingia). Los tres portales de la sala capitular, rehecha en el siglo XVII,
están decorados con relieves de piedra (1170) que ilustran episodios del
Antiguo Testamento (capiteles) y la regla benedictina (estatuas-columnas).
Fuente: Guía Total
Normandía y Bretaña. Anaya Touring.
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