Le Chaudron.
Étretat, acantilado, Puerta de Aval y Aguja (obelisco) de Étretat.
Capilla neogótica de Notre-Dame de la Garde.
Acantilado de Amont, Le Chaudron y Capilla neogótica de Notre-Dame de la Garde.
Le Galion.
Étretat.
Fascinado por el paisaje de
blancos acantilados que se precipitan sobre el mar y por la hermosa playa de
pulidos guijarros, el beau monde
parisino se enamoró del pequeño pueblo de pescadores, transformándolo hacia
finales del siglo XIX en una de las más renombradas y elegantes localidades balnearias
de Normandía. Así, Étretat, que surge en la desembocadura de la vía galorromana
que conducía a Lillebonne, llegó a rivalizar con Honfleur y Deauville en las
visitas de nobles y ricas familias, artistas y célebres escritores. Un largo
dique-paseo protege el lugar de las fuertes mareas, con casas de tejados de
pizarra y la iglesia románico-gótica de Notre-Dame,
construida en los siglos XII-XIII como dependencia de la abadía de Fécamp.
En el extremo sur de la playa, el
alto acantilado de Aval ofrece una
soberbia vista sobre el pueblo y la costa. En la pared rocosa se apoya un
amplio arco natural, llamado Porte d’Aval,
sobre el que se yergue solitario l’aiguille
d’Étretat, suerte de obelisco de 70 m de altura; más al sur se abre la
colosal Manneporte (del latín Magna
porta), arco natural con una apertura de más de 90 m. La pequeña ensenada de
Étretat se cierra al norte por el acantilado
de Amont, con la neogótica capilla
de Notre-Dame de la Garde, construida como exvoto por los marineros. Los
restos del monumento –destruido en 1944-, erigido en recuerdo de la primera y
trágicamente fallida tentativa de travesía del Atlántico (8 de mayo de 1927),
están señalados desde 1962 por una flecha de cemento de 24m. Un sendero y
varios escalones excavados en la roca permiten pasar por el flanco del
acantilado, descubriendo magníficas vistas del mar y la costa.
Fuente: Guía Total Normandía y Bretaña. Anaya Touring.
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