Santuario
de la Mare de Déu del Toro
El Toro, el monte más elevado de
Menorca, tiene poco después de la conquista cristiana de 1287 un santuario
dedicado a la Virgen María. Una bula de 1291 menciona una posesión de los
frailes mercedarios en Menorca como Santa Maria de Podio de Toro, pero el topónimo
es anterior a esta fecha. Hay una antigua leyenda que narra como los
mercedarios descubrieron milagrosamente la imagen de la Virgen, guiados por un
toro que les abría el camino. Las noticias que tenemos de la iglesia durante la
Edad Media son pocas y fragmentarias. El santuario era un lugar de
peregrinación y había una posada para alojar a los peregrinos. La
administración de éste estaba al cuidado de una comisión con representantes de
toda la isla.
Los frailes agustinos lo ocuparon en
1595. En esta época la montaña tenía también interés militar, por lo que el
gobernador mandó construir la torre de planta cuadrada (que todavía subsiste) y
un muro. Los frailes reformaron y ampliaron la iglesia y las otras
dependencias. Las obras se prolongaron hasta muy entrado el siglo XVII.
La planta de la iglesia es de nave
única, con tres capillas a cada lado, abiertas a la nave mediante arcos de
medio punto y la cubierta es de bóveda de cañón. En el retablo está la imagen
de la Virgen. En la fachada destaca la portada de acceso de gusto manierista al
fondo del soportal. La ley de desamortización de 1835 obligó a los frailes
agustinos a dejar el convento. En 1936, la iglesia fue saqueada y profanada,
pero se pudo salvar la imagen de la Virgen María, que fue escondida. Acabada la
guerra, el santuario fue objeto de una profunda restauración.
En una de estas capillas se muestra la
cueva donde se encontró la imagen, así como el ánfora donde permaneció
escondida bajo tierra entre 1936 y 1939, después de que un campesino de Es
Mercadal la salvara del fuego.
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