El pueblo de Ferrerías surgió alrededor
de la pequeña iglesia de San Bartomeu. Esta era usada por los campesinos, que
vivían diseminados por el campo, porque todavía no había prácticamente
población. No se puede hablar de casco urbano hasta el siglo XVII. En 1362 ya
se documenta una iglesia y su rector. El 1695 se levantó un nuevo templo, que
se acabó alrededor de 1730-40. Es un iglesia muy sencilla, hecha de marés, con
nave única cubierta con bóveda de cañón y capillas laterales. La disposición de
ésta era al revés que en la actualidad.
Por eso, el coro no está situado
propiamente en el último tramo de la nave, sino en un ábside trapezoidal
abierto a la nave por un arco triunfal. El año 1751 el rector pide permiso para
coger el dinero de las limosnas para trasladar la capilla mayor al otro lado.
Parece que se construye con unos cimientos muy débiles y pocos años después ya
amenazaba ruina, por eso se rehízo y con toda seguridad la fecha de 1798, que
hay en una clave, hace referencia a cuando se debió acabar la capilla mayor.
La torre del campanario se añadió el
1884. Antes tenía forma piramidal y en las cuatro esquinas de la torre había
cuatro figuras de barro, que eran los cuatro evangelistas. Todo esto
desapareció a raíz de un rayo, que destrozó parte del campanario. Encima de la
puerta principal está la imagen del patrón. Los ornamentos de la iglesia son
modernos, puesto que las imágenes, los retablos, los altares y el coro fueron
quemados y destrozados durante la guerra civil.
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