miércoles, 15 de febrero de 2023

Meteor Crater. Ruta 66. Winslow. Arizona. EEUU.

El lugar de impacto de meteorito mejor conservado de la Tierra. El cráter del Meteorito es el resultado de una colisión que sacudió el suroeste americano hace aproximadamente 50.000 años con la energía de más de 20 millones de toneladas de TNT. El Cráter del Meteorito ofrece una experiencia educativa interactiva para toda la familia en un bello entorno natural. El Centro de Visitantes del Cráter del Meteorito está situado en el borde del cráter. El edificio, totalmente climatizado, cuenta con una sala de cine de pantalla panorámica con 80 butacas, una zona de observación interior del cráter, acceso al sendero del cráter, un centro interactivo de descubrimientos, objetos y exposiciones, una tienda de regalos y minerales y el Blasted Bistro. Hay ascensores y accesibilidad ADA para personas con necesidades especiales.

A cuatro millas de la I-40 se encuentra este espectacular socavón de 1,2 km de diámetro y 570 m de profundidad producido por un meteorito hace 50.000 años.

Según se cree, el meteorito, formado por hierro y níquel, era parte de un asteroide del que afortunadamente, el 85% se desintegró al entrar en contacto con la atmósfera de la tierra. La velocidad del impacto fue de aproximadamente 26.000 millas por hora, unos 41.000 km/h con un tamaño de unos 50 metros y un peso de varias miles de toneladas, el impacto fue como una explosión de más de 20 megatones (150 veces la bomba de Hiroshima) y debió producir una enorme nube de fragmentos de rocas, tierra y polvo que se esparcieron a unos 13 kilómetros a la redonda. La presión que recibió la tierra fue de unos cinco millones de toneladas por cm cuadrado. El resultado de este impacto fue un enorme cráter en medio de esta extensa planicie. La pieza más grande que se ha encontrado del mismo es de 653 kg y se conoce como meteorito Holsinger.

Hay indicios de que los indios que poblaban estas planicies tenían conocimiento del suceso, pero la primera persona que hizo referencia al cráter fue un tal Franklin, quien en 1871 servía a las órdenes del malogrado General Custer.

Por ello durante años se le conoció como Franklin’s Hole. En 1886 se encontraron restos de hierro y níquel, pero se los guardaron pensando que era plata y no los enseñaron hasta 1891. Ese mismo año, el director del Programa de Geología de los Estados Unidos G. K. Gilbert, visitó brevemente el cráter y llegó a la conclusión errónea de que el agujero era de un cráter volcánico. Pero en 1902, un prestigioso ingeniero de minas, Daniel Morreau Barringer visitó el lugar, y al encontrar numerosos restos de hierro y níquel fundidos, rectificó la deducción de Gilbert y aseguró que el cráter era producto del impacto de un meteorito. En 1903 Barringer se instaló junto con su equipo y creó la Standard Iron Company con la intención de perforar el cráter, suponiendo que lograría encontrar toneladas de los minerales que formaban el meteorito. Permaneció durante nada menos que 26 años extrayendo pequeñas cantidades de mineral. En 1929, Barringer había gastado más de 600.000 dólares sin éxito y estaba al borde de la ruina cuando le llegó un informe en el que se confirmaba que el meteorito se desintegró en su mayor parte al entrar en contacto con la Tierra, por lo que todo su esfuerzo había resultado inútil. Sus descendientes crearon la Barringer Crater Company convirtiendo el lugar en zona de recreo, y hoy está dentro de los parques Nacionales de EEUU, aunque sigue perteneciendo a la familia.

De 1964 a 1972 la NASA estuvo entrenando allí a sus astronautas del programa APOLLO. En el Centro de visitantes hay un museo del espacio, y en la entrada de la tienda de regalos podemos ver una cápsula espacial cedida por la NASA.









Carretera de acceso a Meteor Crater y paisaje de alrededor.



Jackie Lopez, la mascota de Meteor Crater.
 
Fuente: Google Maps.

Fuente: Google Maps.

Fuente: Google Maps.


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