Arco de Sevilla.
Una de las tres puertas, junto con los arcos del Chorro Gordo y San Pedro, que cerraban el primer cinturón defensivo del monasterio, creado en el s. XVI por motivos de seguridad dada la afluencia masiva de peregrinos y la actividad comercial de esta zona. La decoración floral de sus vanos y el conjunto de arquitecturas populares de las viviendas anexas otorgan a este arco una de las estampas más sigulares de la Puebla.
Arco del Tinte.
De influencia mudéjar y prácticamente intacto desde su construcción, daba paso a las antiguas fábricas de tinte, uno de los numerosos gremis que existían en la Puebla. Formaba parte de las puertas que cerraban las pueblas Alta y Baja por varios lugares, confiriendo a la población control de la seguridad y del comercio y una imagen de fortaleza medieval. Arquitectónicamente, descansa sobre dos contrafuertes sujetos sobre casas adyacentes sin arquitecturas residenciales encima, lo que lo diferencia de los demás.
Fuente del Ángel (s. XVI).
Casa de Gil Cordero.
Diversas fuentes reconocen a esta casa como la del pastor cacereño a quien se le apareció por primera vez la Virgen, siéndole encomendada la tarea de construir una choza para colocar su imagen. Su cuerpo yace sepultado en la nave contigua a la sacristía del monasterio, lugar exacto donde según la tradición apareció la talla románica.
Arco de las Eras.
Defendiendo el extremo meridional de la población y restaurado a principios de siglo, suponía la puerta de entrada para los peregrinos y viajeros provenientes del sur y de levante. Formaba parte del segundo cinturón defensivo, el que envolvía a la Puebla. Construido en mampostería de piedra y ladrillo en arcos y vivienda superior, su arquitectura conserva aún restos de las antiguas almenas que protegían su acceso.
Calle de Ruperto Cordero.
Constituye uno de los ejes principales que enlaza la fuente de los Tres Chorros y el arco de las Eras, bajo una tipología de arquitectura serrana con entramado interior. Mantiene los típicos soportales de madera, zona entre lo público de la calle y lo privado de la casa, que protegía de la lluvia y del sol, creando un espacio para el comercio y para dar los servicios necesarios al creciente flujo de visitantes.
Fuente de los Tres Chorros.
Es, junto con la de la plaza principal, la fuente más importante y de mayor significación urbana: en torno a ella y a su plazuela, se articula la trama arquitectónica de la Puebla Baja. Hoy está conectada a la red de suministro de agua, pero antaño lo estuvo a la red de fuentes del Arca del Agua, de la que era una de sus terminales principales, y así aparece en el esquema del códice medieval.
Casas Porticadas.
Se presenta como un conjunto pintoresco de casas tradicionaales de dos plantas sobre viguería de madera de castaño. Estos soportales y cuerpos volados se encuentran sólo en determinadas calles y plazuelas, generalmente las inmediatas a las puertas de entrada, y su origen está relacionado con la protección de la actividad comercial vinculada a la peregrinación; tiendas, mesones, bodegas, boticas y demás establecimientos.
Casa de Gregorio López.
Fue insigne vecino de la Puebla, villa en la que nació a finales del siglo XV y en la que también recibió sepultura tras su muerte en 1560. Alcalde mayor de Guadalupe entre 1520 y 1525, reconocido humanista, jurista, abogado y miembro del Consejo de Indias, editó y glosó las Siete Partidas del rey Alfonso X el Sabio. La fachada de esta casa, blasonada y de sólida portada granítica, presenta un claro estilo señorial y renacentista.
Galería Mudéjar.
Fachada de las denominadas Casas de los Capellanes; una interesante galería porticada de estilo mudéjar que se construyó en el s. XV bajo un proyecto único en el que se trazó la calle Nueva. Aquí se encuentra la conocida como Casa de la Buena Cristiana, donde al parecer vivió una mora de nombre Fátima y de vida ejemplar, que allá por el siglo XV fuera convertida al cristianismo tras liberarse de su cautiverio en Tánger.
Arco de San Pedro.
Testigo del tránsito de peregrinos y viajeros que procedían del norte, este arco formaba parte de una de las tres puertas del primer recinto defensivo del monasterio, el que incluía a la plaza. Para conseguir este cierre se construyeron las puertas en las propias calles, entre casa y casa. Además de defensiva, tenían una función de control administrativo y fiscal de la Puebla. El arco presenta en su frente norte la imagen de San Pedro, del que toma su nombre.
Hospital de Mujeres.
También conocido en sus orígenes como Hospital Nuevo, fue fundado entre los años 1435 a 1447, gracias a las donaciones realizadas por el rico herrero local Julián Jiménez de Córdoba antes de ingresar como fraile en la orden de San Jerónimo. Junto al de San Juan Bautista, eran los principales hospitales fuera del monasterio, del que no obstante dependían, destinándose este a las mujeres peregrinas y necesitadas, cada vez más numerosas, que venían a Guadalupe.
Hospital de San Sebastián.
Fue creado por la antigua cofradía de San Sebastián para dar acogida y asistencia a los peregrinos pobres y cofrades enfermos. Mantiene aún en su portada sencillas molduras policromadas de traza gótico mudéjar, siguiendo el estilo tan característico que predomina en Guadalupe.
Cárcel de la Inquisición.
La cárcel, ya desaparecida, fue una antigua propiedad del monasterio. Alcanzaría protagonismo cuando en 1485 un tribunal de la Inquisición decidió reprimir la herejía de los conversos judaizantes jerónimos del monasterio de Guadalupe y de los herejes laicos de la Puebla. En aquel juicio se castigó con la hoguera a 52 judaizantes, 16 a cárcel perpetua y más de un centenar al destierro.
Calles Pasión y San Sebastián.
Hospedería del Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe.
La Hospedería del Real Monasterio de Guadalupe está situada en el claustro gótico, construido en el S. XVI, formando parte del gran conjunto Arquitectónico del Monasterio Extremeño.
En 1993 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
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