Decorado como una antigua casa
aristocrática, con muebles de madera, alfombras de lana, multitud de objetos de
anticuario y fotografías de un Bucarest antiguo y nostálgico, el Jaristea es
uno de los restaurantes más famosos de la ciudad. Amenizado por diversos
espectáculos de ópera, danza y música variada, promete una noche para disfrutar
con tranquilidad de una experiencia que te traslada a otra época y a un
ambiente de clásico glamour fuera de las modas.
Su alma máter se llama Kera Calita, una
mujer de la alta sociedad de Bucarest que colecciona sombreros antiguos,
supervisa cada uno de los platos que se ponen sobre las mesas del Jaristea y a
la que le encanta narrar, micrófono en mano, cuentos que recorren la historia
de Rumanía.
El restaurante mantiene, sin duda, una
mirada melancólica a una Rumanía culta y refinada, anulada durante la etapa
comunista de Ceaucescu cuando la buena comida, los sombreros y el disfrute hedonista
y primoroso eran frivolidades que había que eliminar.
Cuando el comunismo cayó, Calita lo tuvo
claro: quería recuperar la esencia perdida de aquellos años de esplendor; en
1991 abría con esa idea el restaurante Jaristea y comenzaba una andadura que
hoy continúa con mucho éxito y que, además, se completa con la reciente
apertura del bistró Jaristea, más moderno y pensado para personas de negocios.
Localización: 50-52, Georgescu Street,
Bucarest 040133
Precio aproximado por persona: 60 €.
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