El Ateneul Roman es la sede de la
filarmónica George Enescu. El edificio ha sido restaurado por completo y sigue
manteniendo las mismas funciones para lo que fue construido: auditorio. Por
aquí han pasado grandes intérpretes y sigue manteniendo un prestigio
internacional. Fue construido como un tributo a la arquitectura clásica, parece
en su exterior un templo griego con una inmensa cúpula. En el interior, el
mármol de Carrara y la decoración de las paredes con frescos que representan
escenas históricas -obra de Petrascu- no le restan brillo a la acústica de la
sala principal, que tiene capacidad para más de 1.000 personas. Cabe destacar
que la construcción de uno de los edificios más simbólicos de la ciudad se hizo
mediante suscripción pública y es obra del arquitecto francés Albert Galleron
en 1886, que también diseñó el Banco Nacional de Rumanía. En el jardín hay una
estatua de Mihai Eminescu, el más importante compositor e intérprete nacional.
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