Castillo
de Bran.
Aunque es conocido como el castillo de
Drácula y es una de las principales atracciones del país, no se ha podido
demostrar que el famoso Vlad III de Muntenia, o Vlad Tepes, pasara aquí mucho
tiempo. La única noticia histórica fiable que consta es que dicho príncipe
conquistó Bran en el transcurso de una disputa con los comerciantes de Brasov
en 1459. Sobre un alto promontorio rocoso de más de 60 m de altura, funcionó
como bastión defensivo y como puesto de aduana entre Valaquia y Transilvania en
los tiempos en que ambas regiones eran principados independientes.
Para visitar el castillo es recomendable
escoger las horas de menos afluencia de público –un buen momento es justo al
abrir sus puertas-, pues la visita está llena de pequeñas escaleras empinadas,
angostos pasadizos y recovecos que hacen incómodo el tránsito cuando hay mucha
gente. El interior del castillo después de la restauración llevada a cabo se
presenta con un aspecto muy similar al que debió de tener en la época de la
reina María, su más famosa inquilina, que a comienzos del siglo XX lo amuebló y
decoró en un particular estilo.
El acceso al edificio se realiza
subiendo una escalera que, a través de una puerta de estilo gótico, da paso a
la torre vigía, cuya entrada debió estar protegida por una gran reja. Desde
aquí se sale a un patio al que se abren la sala
de la Guarnición y la sala de la
Cancillería, decorada con mobiliario renacentista. Atravesando una zona de
paso, se encuentra la capilla del
príncipe Mircea, cuyo interior lamentablemente no se puede visitar.
Ya en el primer piso, un recibidor
abovedado da acceso a diversas estancias como la habitación de la Reina María –decorada profusamente con objetos
sagrados y motivos florales-, la sala
Gótica y el salón Grande,
acondicionado también por la reina en el periodo de entreguerras.
En la tercera planta pueden visitarse el
llamado salón Biedermeier, por el
estilo del mobiliario que lo decora, el dormitorio
del rey Ferdinand, en estilo barroco completado por numerosos objetos de
culto, un comedor, el salón neorrococó, repleto de dorados y
tejidos florales, y una habitación con
mobiliario rústico realizado entre los siglos XVIII y XIX por artesanos
austríacos que se inspiraron en la época barroca.
Por último, en la cuarta planta, se
ubica la sala de los trofeos de caza,
el dormitorio del príncipe Nicolás,
que se abre al paisaje desde un pequeño balcón, y una sala dedicada a la memoria de la Reina María que tanta influencia
ejerció sobre el destino del castillo.
La visita también incluye una sección
etnográfica al aire libre, ubicada en el parque cercano al castillo, en la que
se recrea la vida campesina de la zona con casas tradicionales de madera y
otros edificios propios de la actividad rural. También se muestra una completa
colección de cerámica y de iconos procedentes de famosos centros productores de
la región, como Tohan, Brasov y Nicula.
La
leyenda del conde Drácula.
Drácula, la novela
escrita en 1897 por Bram Stoker se convirtió en la obra maestra de la
literatura de terror, reconocida por la crítica, público y autores coetáneos.
El tiempo ha dado la razón a Stoker y su personaje abrió las puertas a uno de
los tópicos más usados en el género de terror: el vampirismo. La fuerza de la
novela ha dado para cientos de películas y nuevas historias de vampiros, aunque
el peso del original es incuestionable. Dicen que el autor debe la fama de su
novela a un famoso erudito húngaro, que le asesoró en la creación del
personaje, rescatando las historias de Vlad Tepes, El Empalador, y su lucha
contra los otomanos. Pero el halo victoriano y refinado que dio a su personaje,
más parecido a un ilustrado aristócrata, poco tienen que ver son la
personalidad tosca y sádica del que fuese voivoda de Valaquia y uno de los
gobernantes más apreciados del país con el correr del tiempo.
Más información detallada sobre Vlad Tepes y su dinastía:
https://reyesydinastias.blogspot.com/2014/08/vlad-iii-tepes-de-valaquia-el-dracula.html
Más información detallada sobre Vlad Tepes y su dinastía:
https://reyesydinastias.blogspot.com/2014/08/vlad-iii-tepes-de-valaquia-el-dracula.html