viernes, 5 de diciembre de 2025

Tobera. Frías. Burgos.

Tobera.

Tobera es una localidad de 25 hab. (2024) del municipio burgalés de Frías, en la comunidad autónoma de Castilla y León (España).

La iglesia está dedicada a san Vicente mártir.​

En sus inmediaciones se encuentra la ermita medieval de Santa María de la Hoz,​ encajada casi a la salida del desfiladero del río Molinar.


Puente medieval de piedra, Altar de Caminantes Santo Cristo de los Remedios y Ermita de Santa María de la Hoz.

🏰 PUENTE MEDIEVAL DE TOBERA.

El puente medieval de Tobera es uno de los elementos más antiguos y característicos del conjunto histórico formado por el desfiladero del Molinar, la ermita románica de Nuestra Señora de la Hoz, la de Santa María de la Hoz y las antiguas construcciones hidráulicas de la localidad. Ubicado en un estrecho paso natural, es un ejemplo notable de infraestructura rural medieval perfectamente integrada en el paisaje.

🕰️ 1. Origen y cronología

Aunque no existe una fecha documentada exacta de su construcción, los especialistas coinciden en situarlo entre los siglos XIII y XIV, en plena Edad Media, coincidiendo con la gran expansión de obras civiles en la región de Frías bajo el señorío de los Velasco y, más tarde, del Condado de Frías.

Su fábrica y tipología coinciden con otros puentes medievales burgaleses ligados a vías secundarias de comunicación rural.

🌉 2. Función histórica

El puente no era una gran infraestructura de tránsito comercial, como los cercanos puentes de Frías o de Oña, sino una obra de carácter local, destinada a:

Facilitar el paso de vecinos y ganados sobre el río Molinar.

Conectar Tobera con Frías, ciudad fortificada y centro de poder.

Comunicar las ermitas del desfiladero, muy frecuentadas en romerías y actos litúrgicos.

Servir a los diversos molinos del entorno (de harina, batán, etc.), documentados desde época bajomedieval.

Su ubicación en un desfiladero estrecho lo hacía imprescindible para el tránsito cotidiano.

🛠️ 3. Arquitectura del puente

El puente se caracteriza por:

Un solo arco de medio punto, construido con sillería caliza bien escuadrada.

Luz moderada, adaptada al pequeño cauce, aunque elevada para evitar crecidas.

Tablero estrecho, propio de puentes peatonales o para paso de caballerías.

Barandales de baja altura, parcialmente reconstruidos.

Integración absoluta con la roca del desfiladero.

El estilo corresponde al románico tardío rural o a un gótico muy temprano, pues utiliza soluciones funcionales, sólidas y sobrias.

🔧 4. Transformaciones y restauraciones

Como muchos puentes medievales rurales, sufrió:

Reparaciones continuas a lo largo de los siglos debido a crecidas y erosión del río.

Reacondicionamiento del tablero en época moderna.

Restauración reciente (finales del siglo XX – inicios del XXI) dentro de los programas de recuperación del conjunto etnográfico y paisajístico del desfiladero del Molinar.

Estas actuaciones han respetado el diseño original, evitando reconstrucciones invasivas.

🏞️ 5. El puente en el conjunto monumental

El puente forma parte de un paisaje histórico excepcional, declarado Bien de Interés Cultural en su conjunto urbano:

Ermita románica de Santa María de la Hoz (siglo XIII).

Ermita de Nuestra Señora de la Hoz.

Restos de molinos medievales.

Cascadas naturales del río Molinar.

Camino tradicional hacia Frías, coronada por su castillo.

Este pequeño puente actúa como pieza clave que articula el recorrido turístico y unifica naturaleza, devoción y vida cotidiana medieval.

⭐ 6. Valor patrimonial

El puente de Tobera es apreciado por:

Su autenticidad medieval.

Su integración paisajística en el espectacular desfiladero.

Su vinculación histórica con Frías y sus señoríos.

Ser uno de los símbolos visuales del territorio.

Pese a su modestia, es un ejemplo magnífico de ingeniería rural medieval, aún en uso y en perfecto diálogo con su entorno.

Altar de Caminantes Santo Cristo de los Remedios y Ermita de Santa María de la Hoz.

Ermita de Santa María de la Hoz.

La ermita de Santa María de la Hoz de Tobera es un santuario de origen medieval encajado en el desfiladero del río Molinar, vinculado desde muy pronto al culto mariano y al paso de caminantes entre Frías y el valle de Tobalina.

Origen medieval y enclave

    La tradición sitúa el origen del culto en la Edad Media, asociado a una antigua imagen de la Virgen hallada o venerada en la “hoz” (garganta) del río, en un paraje de difícil acceso pero muy transitado por antiguos caminos de origen romano.

El emplazamiento, sobre una roca que domina las cascadas y el estrecho puente, refuerza su carácter de santuario protector de viajeros, pastores y habitantes del cercano lugar de Tobera.

Evolución del edificio

    El arquitectónico visible hoy responde sobre todo a reformas de los siglos XVI‑XVII, cuando se levanta un templo de una sola nave con cabecera recta, portada renacentista y una espadaña sencilla, reutilizando estructuras anteriores más modestas.

En el interior se organizan coro alto, retablo mayor barroco dedicado a la Virgen y pequeñas dependencias anexas, porque la ermita funcionó también como hospedería para caminantes y peregrinos que atravesaban el desfiladero.

Relación con el camino y el humilladero

    A la entrada del desfiladero se completa el conjunto devocional con el humilladero del Santo Cristo de los Remedios, conocido como “Altar de Caminantes”, ante el que se detenían viajeros y correos reales a pedir protección antes de afrontar el paso estrecho.

Ermita y humilladero forman así un pequeño santuario de paso: la Virgen de la Hoz como advocación principal y el Cristo de los Remedios como imagen auxiliadora ligada a la famosa leyenda del mensajero salvado de una serpiente junto al puente.

Devoción y estado actual

    La ermita mantuvo durante siglos romerías y fiestas locales en honor a Santa María de la Hoz, a las que acudían vecinos de Tobera, Frías y pueblos de las Merindades, aunque el uso litúrgico regular se redujo en el siglo XX.

Hoy se conserva restaurada e integrada en el “Paseo del Molinar”, convirtiéndose junto con las cascadas y el puente en una de las imágenes más emblemáticas de la comarca y en parada obligada para visitantes que recorren Frías y su entorno.

Altar de Caminantes Santo Cristo de los Remedios.

Altar de Caminantes del Santo Cristo de los Remedios.

El Altar de Caminantes del Santo Cristo de los Remedios de Tobera es un pequeño humilladero barroco del siglo XVII‑XVIII, levantado junto al puente y a la ermita de Santa María de la Hoz, en el desfiladero del río Molinar, como lugar de devoción y protección para viajeros y peregrinos.

Origen y función

En la Edad Media el desfiladero de Tobera formaba parte de un antiguo camino (en buena parte de origen romano) que bajaba del Portillo de Busto y enlazaba con una de las rutas hacia el Camino de Santiago, por lo que por allí pasaban correos reales, arrieros, mercaderes y peregrinos. Para atender a estos caminantes se configuró un pequeño conjunto devocional: la ermita de Santa María de la Hoz, que actuó como hospedería de peregrinos, y, ya en época moderna, el humilladero del Cristo de los Remedios, concebido como “altar de caminantes” abierto hacia el camino.

El humilladero y su imagen

El edificio es muy reducido, de tipo humilladero barroco, y guarda una talla de Cristo Auxiliador (Santo Cristo de los Remedios) visible desde la calzada a través de un arco enrejado para que se pudiera orar sin necesidad de entrar. A los pies del crucifijo se conserva la piel o muda de una gran serpiente, elemento que se vincula a la tradición milagrosa del lugar.

La leyenda del correo y la serpiente

La tradición local cuenta que un día atravesaba el puente un mensajero de la reina castellana cuando una enorme serpiente salió al paso, asustando al caballo, que se desbocó junto al precipicio del desfiladero. El correo se encomendó al Cristo de los Remedios y, contra todo pronóstico, salió ileso, por lo que, en agradecimiento, mandó construir allí una pequeña ermita; el humilladero actual se considera heredero de aquel primitivo santuario fundado por el mensajero de la leyenda.

Cronología y situación actual

Las fuentes lo datan como un pequeño santuario de los siglos XVII‑XVIII, contemporáneo de otros humilladeros barrocos de la zona, aunque asociado a un culto y a un paso de caminantes de raíz medieval. Hoy el Altar de Caminantes del Santo Cristo de los Remedios forma, junto con la ermita de Santa María de la Hoz y el puente sobre el Molinar, uno de los rincones más visitados del Paseo del Molinar, integrando paisaje, leyenda y patrimonio religioso en el entorno de Tobera y Frías.

Ermita de Santa María de la Hoz.

Ermita de Santa María de la Hoz.

Cascadas de Tobera.

Cascadas de Tobera.

Las cascadas de Tobera forman un pequeño “cañón verde” donde la naturaleza y el patrimonio se entrelazan en apenas un kilómetro de recorrido, siguiendo el río Molinar entre la ermita de Santa María de la Hoz y el caserío de Tobera. El paisaje combina paredes de roca caliza, saltos de agua encadenados, viejos molinos y templos medievales, lo que convierte la zona en uno de los rincones más fotogénicos de las Merindades burgalesas.

El río Molinar y el origen del paisaje

El protagonista absoluto es el río Molinar, llamado así por los numerosos molinos y batanes que aprovecharon su fuerza desde la Edad Media para moler grano, mover batanes textiles e incluso alimentar pequeñas fábricas de papel que abastecieron a Burgos en el siglo XVI. A fuerza de siglos de erosión, el río ha labrado un desfiladero estrecho (la hoz) donde el agua se precipita en varias cascadas, formando pozas de color esmeralda y un microclima húmedo que favorece la vegetación de ribera.

Ruta de las cascadas y miradores

El conocido Paseo del Molinar es un sendero acondicionado, empedrado y muy fácil (trayecto circular de unos 25–40 minutos), que arranca junto a la ermita de Santa María de la Hoz y el humilladero del Cristo de los Remedios. Escaleras de piedra, pasarelas y varios miradores –incluido un mirador metálico colgado sobre uno de los saltos– permiten contemplar desde arriba y desde abajo las principales caídas de agua, algunas de varios metros, sin necesidad de una preparación física especial.

Las cascadas dentro del pueblo

Tras el tramo encajado de la hoz, el Molinar entra en el propio núcleo de Tobera, lo divide en dos barrios y sigue formando pequeños saltos y rápidos entre casas de piedra, puentes y rincones muy fotogénicos. En esta parte del recorrido se pasa junto al lavadero medieval y a las fuentes de “Las Fuentecillas”, manantiales caudalosos que aportan agua limpia durante todo el año y que antiguamente eran esenciales para la vida cotidiana del pueblo.

Patrimonio histórico alrededor del agua

El conjunto paisajístico se completa con la ermita románica‑renacentista de Santa María de la Hoz, encaramada sobre la roca al borde del desfiladero, que en el pasado sirvió también de hospedería para caminantes vinculados a rutas hacia el Camino de Santiago. A la entrada del cañón, el pequeño humilladero del Santo Cristo de los Remedios —“altar de caminantes”— recuerda el carácter protector que tuvo este paraje para viajeros, correos y arrieros que cruzaban el puente sobre el Molinar.

Consejos prácticos para la visita

    El recorrido básico de las cascadas (desde las ermitas y vuelta) ronda 1 km y se hace en unos 25–30 minutos; puede ampliarse continuando a Frías por sendero señalizado (unos 2,5 km de ida).

Es recomendable llevar calzado con buena suela (el pavimento puede estar húmedo y resbaladizo), evitar acercarse demasiado al borde de pozas y saltos, y elegir primavera u otoño para disfrutar del máximo caudal con menos calor y menos gente.

Cascadas de Tobera.

Cascadas de Tobera.

Cascadas de Tobera.

Cascadas de Tobera.

Cascadas de Tobera.

Cascadas de Tobera.

Cascadas de Tobera.

Cascadas de Tobera.

Cascadas de Tobera.

Cascadas de Tobera.

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