La gran sala denominada el Antiquarium, de estilo renacentista, fue
construida entre 1568–1571 por encargo del duque Alberto V para su colección de
esculturas antiguas (de ahí el nombre de Antiquarium). Se trata de la sala
renacentista más grande situada al norte de los Alpes y es la parte más antigua
que se conserva de la Residenz. Es toda una joya arquitectónica con su bóveda
de cañón de 66 metros de longitud la cual está embellecida por los frescos
alegóricos que aloja así como grutescos y paisajes bávaros.
De 1581 a 1600 los sucesores de
Alberto V, el duque Guillermo V y su hijo Maximiliano I, transformaron el Antiquarium en un salón de banquetes.
Bajaron el suelo y erigieron una tarima con una barandilla en un extremo e
instalaron una chimenea.
Las pinturas de las paredes y
techo del Antiquarium son de la época de su remodelación como sala de
banquetes. Las 16 imágenes en la parte superior de la bóveda son obra del pintor de la corte Peter Candid y representan alegorías
de la Fama y la Virtud en forma de figuras femeninas sentadas.
Las bóvedas y jambas de las
ventanas están decoradas con 102 puntos de vista de los pueblos, mercados y
palacios de lo que entonces era el Ducado de Baviera. Están rodeados de
grutescos, un tipo de ornamento derivada de la antigüedad clásica.
Los bustos y esculturas que se
muestran en el Antiquarium incluyen
tanto obras originales de la antigüedad clásica como de las copias del
Renacimiento. Algunas forman parte de la colección del duque Alberto, mientras
que otras se añadieron en los siglos XVII y XVIII.
El conjunto es majestuoso e impresionante,
de una enorme belleza y armonía. Se restauró entre los años 1995 y 2000,
encontrándose pues en un estado perfecto para ser visitado y disfrutar de su
visión.
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