El pequeño y tranquilo pueblo de Galilea, ubicado en el suroeste de
la isla, demuestra que éste no es el caso. Encaramado a una gran altura,
a 460 m sobre el nivel del mar en las montañas de la Sierra de Tramuntana, Galilea es un tranquilo refugio del ajetreo de la vida moderna.
Famoso por su belleza salvaje
y sus cabras, que deambulan libremente con campanas alrededor del
cuello, lo único que podrá escuchar es el tintineo de dichas campanas y
el sonido de algún coche que pasa de manera ocasional.
Galilea no
es uno de los principales destinos, pero merece la pena ir, si lo que
busca es experimentar la Mallorca auténticamente rural a la sombra de la
mágica montaña conocida como ‘el Galatzó’. Aquí encontrará una guía de lo que hacer, ver y dónde puede comer y alojarse.
La iglesia de Galilea se empezó a construir en el año 1806. La población
ha disminuido ligeramente desde su máximo de unos 450 habitantes en el
siglo XVIII, situándose en la actualidad en unos 300. Galilea disfruta
de una comunidad mixta internacional.
Principales atracciones en Galilea
Las vistas y la tranquilidad son las principales características de este pueblo pintoresco. También se recomienda visitar su pequeña iglesia del siglo XVIII y los pueblos de alrededor, que vale la pena descubrir.
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