sábado, 21 de junio de 2014

Santuario de Son Corró. Costitx.



¿Qué son los santuarios?

Se da este nombre a una serie de edificios de la época postalayótica con planta cuadrangular. La fachada principal suele ser ligeramente curvada hacia el interior, mientras que la fachada trasera puede tener las dos esquinas redondeadas o adquirir forma de ábside. El espacio interior, sin compartimentaciones, tiene un pilar o una losa central o varias columnas que debían sostener la cubierta, a pesar de que hay autores que piensan que se trataría de espacios a cielo abierto como los recintos de la taula de Menorca. También se han documentado pequeños hogares, cisternas y bancos adosados a las paredes.

Todavía hoy desconocemos con exactitud cuándo se empezaron a construir estos edificios que, en términos generales, podemos situar en torno al siglo IV A.C. Los objetos encontrados en su interior sitúan sus últimos usos entre los siglos II y I A.C. Algunos santuarios, pues, podrían haber tenido una larga vida, incluso más allá de la conquista romana en el año 123 A.C. Otros, en cambio, sufrieron graves incendios alrededor de esta fecha, posiblemente como consecuencia de los conflictos entre las milicias romanas y la población isleña.


 
El contexto social y la fundación de los santuarios.

El final del periodo talayótico vino marcado por el distanciamiento de algunos grupos familiares de un modelo de la vida que se basaba en la reciprocidad y la solidaridad. A lo largo del postalayótico se habrían ido consolidando unas relaciones de desigualdad económica entre los miembros de las comunidades. Estas situaciones habrían facilitado a un sector de hombres pertenecientes a las élites, entre otras cosas, una intensa dedicación a la preparación militar para enrolarse como mercenarios en los ejércitos de Cartago primero, y de Roma después, en sus luchas por el control del Mediterráneo. Son los famosos honderos.

En este contexto, lo que hoy denominamos santuarios podrían haber sido edificios al culto o viviendas de los grupos domésticos más poderosos, o ambas cosas a la vez. Serían espacios privativos de un sector minoritario de la comunidad que reforzaría su posición social mediante los símbolos de la fuerza, la violencia y la virilidad representados en figuras tauromorfas y de guerreros de bronce, por otro lado valores propios de una sociedad plenamente patriarcal. Habrían sido el marco donde algunos hombres de las élites tomaban decisiones que afectaban a toda la comunidad o a sus relaciones con otros poblados, o incluso donde se negociaba y se organizaba la participación de honderos en los ejércitos de las potencias coloniales.

El santuario de Son Corró.

Los santuarios son las estructuras más características de la arquitectura sacra de la época post-talayótica (500-123 aC). Se caracterizan por ser edificios de planta cuadrada con esquinas redondeadas o bien con planta en forma de herradura, construidos con la técnica ciclópea de la piedra en seco. Algunos autores defienden que fueron los primeros edificios de tipo exclusivamente sacro de la prehistoria balear y que podrían estar ligados a la aparición de castas o roles sacerdotales.

Se afirma que los rituales que se llevaron a cabo en ellos estaban relacionados con banquetes rituales. En su interior se documentaron cenizas y carbones además de restos de animales cocinados y consumidos. Además, las cerámicas halladas muy probablemente estuvieron ligadas funcionalmente al consumo y libación de líquidos, seguramente vinos.

El santuario de Son Corró se conoce desde 1895, cuando, durante los trabajos de remodelación de una pared seca para ampliar la superficie de cultivos de la finca, aparecieron, entre otros materiales arqueológicos, tres cabezas de toro realizadas en bronce que han dado a este yacimiento una gran relevancia. El entonces director del Museo Arqueológico Luliano, Bartolomeu Ferrà, realizó una intervención durante la cual se documentaron y recuperaron varios materiales arqueológicos, y se realizó una planimetría y diversos alzados del santuario, documentando el trazado de los muros y la localización de trece tambores o pilares monolíticos, de tendencia cilíndrica y de unos 55-75 cm de diámetro.

La siguiente intervención en el yacimiento tuvo lugar durante el centenario del hallazgo del santuario. El año 1995, el Ayuntamiento de Costitx adquirió el solar donde se ubica el yacimiento y se inició una campaña de reexcavación y restauración dirigida por el Dr. Rosselló Bordoy. El Dr. Rosselló Bordoy interpretó el santuario como una edificación con una cubierta sustentada por seis columnas, dispuestas en dos filas de tres y situadas perpendicularmente a la entrada, resituando los tambores en la posición en la que se observan hoy en día. Esta intervención resultó muy polémica, ya que muchos investigadores consideraron que no existían evidencias para justificar esta solución y defendieron que se respetara la visión que B. Ferrà publicó.




 





   









Fuente: santuario de Son Corró.

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