Seligman fue fundada en 1895, la Route 66 llegó en 1920, el mismo año que el ferrocarril.
En 1970 se hizo el paso de la I-40 que debía haber acabado con este pueblo como con otros muchos de la ruta, pero se resistieron y supieron sacarle el rendimiento necesario para que actualmente sea una parada obligatoria para todos los que recorren la ruta, incluso han sabido captar a los autocares de turistas, con su dedicación día y noche y por muchos años, a la Route 66. Encontraremos tiendas de souvenirs por todas partes con todo lo que nos haga falta para recordar que hemos hecho la Route 66, desde unos gayumbos de Harley hasta el adhesivo más rebuscado.
Nada más entrar, a la izquierda nos encontraremos con Delgadillo Brothers, parada indispensable para saludar a Bob.
Juan Delgadillo fundó esta hamburguesería en 1953 y ha logrado en estos años que sea un sitio mundialmente conocido. Personaje de ideas originales, construyó el drive in con materiales desechados por el ferrocarril de Santa Fe y pintó un antiguo coche de blanco y le colocó un árbol de Navidad en la parte posterior como emblema de su hamburguesería y es uno de los elementos más fotografiados de la ruta. Juan nos dejó en 2004, pero siguen al frente del negocio sus hermanos e hijos.
Cuentan que las hamburguesas están deliciosas, toda la decoración es realmente original y describir lo que vamos a encontrar allí es difícil ya que todo empieza por un letrero luminoso en el que anuncia “Lo siento, estamos abiertos”.
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