La Bodega Cooperativa de Felanitx
es una obra única en Mallorca que se encuentra situada en la localidad de
Felanitx. Por su tipología y funcionalidad, fue la más grande de las bodegas de
vinos mallorquines. Está situado bajo el monte de la Mola y se puede acceder
desde la calle de Guillem Timoner. Es un recinto donde es elaborado y sometido
al envejecimiento o maduración del vino y gestionado por el conjunto de socios
que forman la cooperativa voluntariamente, implicando un compromiso de
participación activa.
Historia
Fue en la estación enológica,
fundada en 1913, donde se gestó la idea de crear una Bodega Cooperativa, que fue
conocida como el Sindicato. La
sociedad cooperativa fue fundada en 1919 por Bartomeu Vaquer Veny, entonces
presidente de la Cámara Agrícola y Miquel Caldentey cortadas, presidente de la
Caja Rural de Felanitx. Fue un proyecto ambicioso ideado por el ingeniero
agrónomo Ernest Mestre, director de la Estación Enológica que proyectó la
planta y el alzado del edificio. El sindicato o la Bodega Cooperativa fue
edificada entre 1920 y 1922, siguiendo unos planos modernistas del arquitecto
Guillem Forteza Piña.
La Bodega, fabricó y vendió un
producto que hasta 1923 sólo se comercializaba en el municipio de Felanitx.
Pero los años pasaron y paralelamente al nuevo nacimiento de las denominaciones
de origen la venta se extendió a lo largo de la isla con el objetivo de dar
salida a la cosecha de los campesinos que no tenían bodega propia y tenían que
malvender su producción.
A partir de 1990, la Bodega
Cooperativa comenzó a mostrar síntomas evidentes de declive. Una reducción de
plantilla y una deuda de más de 130 millones de pesetas remató el sueño
industrial del municipio de Felanitx. En los primeros años del 1990, pasó a
manos de La Caixa, que administró sus deudas hasta que finalmente decidió
subastar al gran público.
En 1992, pasó a manos del
bodeguero de Binissalem Pau Ripoll Pol, adelantándose a un grupo de inversores
británicos, este propietario sólo quiso mantener la esperanza de hacer renacer
el Sindicato, hasta que por un golpe de mala suerte le quitaron a su socio, aunque
todavía perdura la esperanza.
Arquitectura
· Exterior
La fachada se encargó al
arquitecto Guillem Forteza Piña. Las obras comenzaron en 1919 y en 1921 ya
estaba en funcionamiento. Para la construcción se utilizaron materiales
industriales, como el hormigón y el cemento, combinados con piedra para
determinandos elementos de la fachada. Presenta una fachada monumental dividida
por pilastras entre las que se disponen ajimeces. En la zona central, se abre
un portal de medio punto, rematado por un ático curvilíneo con un medallón
central. La fachada lateral, está estructurada a partir de hastiales
mixtilíneos coincidentes con los faldones de las naves del edificio. También
aparecen los ajimeces y pilastras de sillares bocelados que forman fajas
verticales.
· Interior
El espacio interior, condicionado
por el uso industrial, se estructuró a partir de grandes arcos de diafragma
ojivales de hormigón que sostienen la cubierta con vertientes que se combinan
con otros arcos menores de medio punto y parabólicos que aumentan el dinamismo
del espacio interior. Esta solución de ingeniería técnica recuerda el sistema
utilizado por las iglesias góticas catalanas, pero aquí tiene una actitud
funcional, lo que contrasta con la estética neobarroca de la fachada.
· Actualmente
Desde finales de la década de
1990 está tapiado, olvidado y víctima de acciones vandálicas.
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