Este templo es el más
grande consagrado a Confucio en China fuera de Qufu, la ciudad natal del
filósofo, en la provincia de Shandong. La galería que conduce al templo luce un
bonito pailou (arco ornamental), uno
de los pocos que se conservan en Beijing. La construcción se erigió en 1302, bajo
la dinastía mongol Yuan, y se amplió en 1906 bajo el reinado del emperador
Guangxu. Es un enclave apacible, perfecto para escapar del bullicio de la
ciudad. En el silencioso patio que queda delante del pabellón principal,
Dacheng Dian, se elevan unas 200 estelas, labradas con los nombres de quienes
pasaron con éxito los exámenes al cuerpo imperial de funcionarios. En los
pabellones, rodeados de cipreses, hay más estelas, éstas cargadas a la espalda
de bixis (animales míticos, mitad
tortuga mitad dragón). En una terraza de mármol del pabellón principal se
hallan las estatuas de Confucio y algunos de sus discípulos.