Plano geomorfológico cortesía de Juan Ramón Picornell
Avenc de Son Pou.
El avenc de Son Pou,
auténtica maravilla de la geología y antiguo refugio de los poetas de la Escola
Mallorquina que durante años celebraron en este lugar encuentros literarios
estimulados por su espíritu romántico y paisajístico. La cueva está situada
sobre el camí de Coanegra, el que une Santa Maria con Orient.
La cueva de Son Pou es
de grandes dimensiones, de unos 150 metros de largo por unos 70 de ancho, y
ocupa el interior de una montaña hueca que presenta en su parte superior un
enorme agujero y que constituye la única entrada natural. Desde 1894 se accede al
interior del avenc por una galería abierta en la roca viva que fue proyectada
por el arquitecto y escritor Pere d´Alcàntara Penya, por encargo del
propietario de Son Pou, básicamente con la intención de recoger los excrementos
de las palomas, apreciados como abono para la tierra. No obstante, son
numerosos los grupos de escaladores que entran en la cavidad a la vieja usanza,
descolgándose desde su parte más alta, a unos setenta metros del suelo, con el
peligro que supone el desprendimiento de cualquier piedra para quienes
permanecen en la gran sala.
En la parte más baja de
la cueva, hacia la izquierda, existe otra sala, de forma redondeada, y una
pequeña pila en la que pueden leerse unos versos de inspiración popular:
"Veniu, fadrines, veniu. Beveu l´aigua de la vida que la bella cançó diu:
el qui en beu, prest s´amarida".
A la derecha, según se
entra en el avenc de Son Pou, hay otra sala, más pequeña, a la que se accede
por una escalera artificial desprovista de pasamanos que suele estar humedecida
y gana altura rápidamente. También conocida como Cova dels Coloms o avenc de
Coanegra –antiguamente se le llamaba cova d´en Botó, nombre del propietario de
Son Pou a finales del siglo XIII–, la cueva, un verdadero museo de piedra, no
solo es visitada por excursionistas y aficionados a la escalada o la
espeleología. En sus salas vive una comunidad de murciélagos, especie que huye
de flashes y demás iluminaciones, así como pequeños ecosistemas formados por
plantas e insectos.
A la izquierda, según
se entra a la cueva, hay una especie de altar y una placa conmemorativa de los
encuentros literarios que realizaron a finales del siglo XIX los poetas de la
Escola Mallorquina. La lápida reproduce una estrofa del poema L´avenc de
Coanegra de Miquel Costa i Llobera: "Tot és aquí titànic, august,
solemnial; tot aqui té el carácter que lo vulgar desterra: enlloc se trobaria
com en aquest coval, un monument aposta per cripta sepulcral dels fills més
grans de nostra terra".
El lingüísta, filólogo
y coordinador del Diccionari Català-Valencià-Balear, Francesc de Borja Moll,
fue uno de los intelectuales, junto a Josep Maria Llompart o Miquel Dolç, que
participó en aquellas fiestas de premios literarios patrocinadas por Macià
Ensenyat, propietario de Son Pou y por el ayuntamiento de Santa Maria.
"Fue invitado en dos ocasiones y le impresionó mucho el espectáculo que
ofrece el avenc, y del que habla en sus memorias, Els altres quaranta
anys", señala su hijo, el también editor Francesc Moll.
"Es un lugar que
te invita a permanecer mucho tiempo para contemplar los cambios de coloración
de las rocas y de aquel trozo de cielo y llenarnos de silencio y de
pensamientos", escribe Francesc de B. Moll.