lunes, 4 de octubre de 2021

Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe. Guadalupe. Extremadura.

Leyenda

La existencia de este Monasterio y Santuario está estrechamente ligados al origen de la imagen de Santa María de Guadalupe, y por tanto es esta el motivo de su construcción y de su expansión por todo el mundo. Algunos códices antiguos sitúan el origen de la imagen de la Virgen de Guadalupe en el siglo I del cristianismo y a su autor al mismísimo San Lucas, aunque la imagen que hoy se venera en este lugar es una talla románica, en cedro, del siglo XII

Cuenta la leyenda que muerto San Lucas, la imagen fue enterrada junto a él y trasladada junto a sus restos desde Acaya (Asía Menor) hasta Constantinopla en el siglo IV. Desde allí el cardenal Gregorio la llevó a Roma (582) , siendo elegido papa en el año 590 con el nombre de Gregorio Magno. Se convierte este papa en el principal devoto de la imagen y el primer artífice de la expansión de la misma en Roma. La imagen se trasladó desde Roma a Sevilla, pues el papa se la regaló al arzobispo de la ciudad hispalense, San Leandro, en cuya iglesia principal comenzó a venerarse hasta el comienzo de la invasión árabe (711).

Hacia el año 714 huyendo de esta invasión unos clérigos que huían de Sevilla de la llevaron consigo y algunas reliquias de santos, escondiéndolos en los márgenes del río Guadalupe, cerca de la falda sur de la sierra de Altamira, donde fue hallada por un pastor llamado Gil Cordero.

Andaba el pastor varios días buscando una vaca extraviada hasta dar con ella y hallarla muerta. Al tratar de aprovechar la piel y hacerle en el pecho la señal de la cruz el animal se levantó y en ese momento se le apareció la Virgen que le habló, acomendándole la tarea de excavar en aquel mismo lugar para encontrar su imagen y posteriormente edificar una ermita que a la postre se convertiría en Monasterio y Santuario.

Historia

El Santuario comenzó su andadura a finales del siglo XIII, siendo inicialmente una pequeña ermita, pobre y humilde, custodiada en sus primeros años por el sacerdote Pedro García (1330), a la que sustituyó la denominada segunda iglesia a finales del siglo XIV. Alfonso XI, que gustaba cazar por estas sierras, visitó Guadalupe en el año 1335, contemplando el estado ruinoso de la primitiva ermita y comenzando las gestiones para proceder a su restauración.

Se designó al cardenal Pedro Gómez Barroso como custodio, ocupándose de tal cometido desde 1335 hasta 1341. En este tiempo se fundó en 1337 la Puebla y por orden de Alfonso XI comenzaron a construir el Monasterio (1340) solicitando y obteniendo para este lugar la creación de un priorato secular y lo declaró de su real patronato. El priorato secular, dotado con el señorío civil del prior sobre la Puebla, estuvo dirigido por cuatro priores entre los años 1341 y 1389, finalizando este con la entrega del santuario a la Orden de San Jerónimo, que se mantuvieron en este lugar cuatro siglos, hasta que la desamortización de 1835 puso fin a este periplo, pasando a ser parroquia secular de la archidiócesis de Toledo, que regentaban sacerdotes diocesano hasta la llegada de la Orden Franciscana en 1908, que es quien rige desde entonces y hasta la actualidad el Monasterio y Santuario.

Como distinciones destacables la concesión del distintivo “Real” por concesión de Alfonso XI en 1340, “Pontificio” por concesión de Pío XII en 1955, “Monumento Nacional” en 1879 y “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO en 1993. Además la imagen de Santa María de Guadalupe ostenta el título de “Reina de las Españas o de la Hispanidad” otorgado por Alfonso XIII en 1928 y Patrona de Extremadura” en 1907.

Tiene este enclave una historia de Fe y Cultura de más de siete siglos, manifestadas en su majestuosa biblioteca y librería y capillas musicales, en su Scriptorium o Escribanía de libros miniados o “iluminados”, en sus talleres de bordados, de orfebrería, en sus reales hospitales, farmacia y en todo sus obras artísticas.

El Monasterio de Guadalupe es y fue un monumento de notable importancia: Fue el principal Monasterio de la Orden Jerónima, es un exponente excepcional de la arquitectura por su diversidad y variedad de estilos (destacan el Templo, Claustro Mudéjar y templete, este último único en el mundo), vinculado a la historia media y moderna de España por su relación con los reyes Católicos, protagonismo de excepción con la evangelización y conquista de América, centro de cultural de primer nivel, centro de investigación y enseñanza (escuela de medicina, botica, scriptorium…), talleres de diversa índole (bordados, orfebrería, miniados), biblioteca con un fondo extenso y rico, centro de peregrinación y hospedería.

Torre de la portería

Construida en los siglos XIV-XV La torre de la portería se sitúa a la izquierda de la fachada. Ofrece en su frente un matacán y tres arcos apuntados, y está rematada con un tejado a cuatro aguas con frisos de molduras de ladrillos. En el muro de esta torre en su parte baja, todavía se conservan un arco gótico de medio punto y una columna (vestigios del antiguo pórtico de la portería).

Torre de Santa Ana

De la misma época que la anterior ( Siglos XIV-XV) y estrechamente relacionada a aquella y a la fachada principal del monasterio esta torre presenta en su frente dos vanos con arcos góticos apuntados y otro adintelado con balconaje. Remata con una serie de almenas por sus cuatro lados que le imprimen un recio carácter de fortaleza.

Sobre esta torre se encuentra “La Campana del rey Don Pedro” fabricada por los maestros broncistas Bernal Pérez y Alfonso Domínguez de Sevilla sobre 1364. También aloja la capilla de Santa Ana y el reloj actual. La torre está coronada por almenas.

Torre de las campanas

Levantada en 1363, consta de cuatro cuerpos de mampostería con sillares en las esquinas. El cuerpo que aloja el campanario tiene tres ventanas con arco apuntado encuadradas en alfiz de ladrillo en cada lado. En el cuerpo superior se alojaba el relojero y el reloj. La rematan unas almenas y un pequeña espadaña. Se sitúa en la zona este del monasterio.

Torre de San Gregorio

Cerca de la torre de las campanas con la que se conecta mediante un arco puente. En la primera planta se aloja la capilla de San Gregorio próxima al claustro mudéjar; el segundo cuerpo forma parte del claustro alto.

Otras torres

Construidas en los Siglos XIV-XV son torres que se sitúan en los lados norte y oeste. Una de ellas, llamada del “Chapitel bonito” está en el ángulo noreste del claustro mudéjar; la de “Las Palomas” se sitúa en el ángulo noroeste y en el entreclaustro dos torreones semicirculares, el del Norte y el del Poniente.

Visita

La visita al Real Monasterio de Guadalupe tiene una duración aproximada de una hora. Se realiza con el acompañamiento de un/a guía que acompaña la visita hasta el Camarín de la Virgen, donde un fraile franciscano de la Comunidad de Guadalupe enseña el Camarín y la imagen de la Virgen de Guadalupe. Destacamos a continuación cada uno de las estancias del Monasterio que forman parte de la visita y algunos elementos artísticos a tener y considerar en cada una de ellas:

Claustro de la Portería

1.- Acceso por la Portería, que es una construcción del siglo XV, donde destaca el símbolo mariano (jarrón de azucenas) que se inscribe en las jambas y el dintel de acceso, así como el símbolo de la Orden franciscana que aparece en la zona superior.

2.- Claustro de la Mayordomía y Capilla de San Martín, es un pequeño claustro con una fuente en el medio desde donde se accede a la antigua sala capitular (no visitable) y desde donde la visita se dirige hacia el claustro mudéjar por un pequeño pasadizo que se dirige hacia la denominada Capilla de San Martín.

3.- Claustro mudéjar o claustro de los milagros, donde destaca el templete de estilo gótico en el centro del mismo (Siglo XV), los cuadros explicativos de los milagros de la Virgen de Guadalupe de fray Juan de Sevilla  y el panteón del Padre Illescas (Obra de Egas Cueman) ubicado en el vértice sureste del claustro). Se construyó a finales del siglo XIV sobre la antigua plaza de armas del Santuario. Consta de dos plantas con arcos de herradura apuntados.

4.- Museo de bordados (antiguo refectorio de la Comunidad Jerónima) y fuente del Lavatorium. Destaca la colección de bordados procedentes del taller guadalupense en la que se pueden observar casullas, ternos, frontales, mangas procesionales, etc…, todo relacionado con la liturgia y fiestas religiosas. Se destacan algunas piezas como el Frontal de la Pasión (siglo XV), el frontal de Enrique IV (siglos XV-XVI), la casulla del Terno del “Tanto Monta” (Siglo XV-XVI), la hazaleza “Radix Iesse” de 1546 o el Terno rico (casulla del 1560), entre otros muchos.

5.-Museo de libros miniados ubicado en la zona norte del claustro que contiene una buena muestra del arte de libros iluminados del scriptorium del Monasterio y un facistol (mueble utilizado para colocar los libros para ser leídos por los monjes). Destaca el pequeño miniado “Capitula et orationes”, un diurnal también llamado “Libro de Horas del Prior” que tiene un tamaño de 26×18 cm, además de otros pasionarios y libros corales, algunos tan destacados como el “Passio Domini Nostri Iesuchristi” (Finales del XV) o el coral “Offium Feriae V in Coena Domini, Feriae VI in Pasrasceve et Sabbati Sancti”.

6.-Museo de pinturas y esculturas. Se accede por el ala este del claustro y se instala en lo que fue la antigua ropería del Monasterio. En él se pueden encontrar cuadros de Francisco de Zurbarán, de Goya, de Juan de Flandes o del Greco, además de esculturas de Egas Cueman, Pedro de Mena y un crucifijo de marfil, atribuido a Miguel Ángel. Dignos de destacar algunos elementos como los 8 lienzos de Zurbarán sobre monjes jerónimos, el Cristo crucificado de marfil atribuido a Miguel Ángel, la escultura Cristo en el Sepulcro de Cueman, el Ecce Homo (pintura sobre cobre) del siglo XVI o Confesión en la cárcel, una tabla de Francisco de Goya (1812).

Coro de la Basilica

7.- Coro. Para acceder al coro se hace por el vértice del suroeste del claustro, frente a la capilla de San Martín, a través de una curiosa portada germinada que da acceso a la escalinata que nos conduce hasta el coro y que es de estilo plateresco o protorrenacentista.

En el coro se destaca su órgano construido en 1924 cuyas cajas barrocas originales son de Manuel Lara Churriguera (Siglo XVI), dos realejos más pequeños (llamados así porque los usaban los reyes en sus viajes), los cuadros de Zurbarán en las dos capillas, el facistol barroco, un elemento escultórico denominado tenebrario (madera tallada, torneada, dorada y policromada del siglo XVI) y la sillería realizada en madera de nogal de estilo churrigueresco.

8.- Antesacristía, sacristía y Capilla de San Jerónimo, es una de las joyas arquitectónicas y artísticas del monasterio. Construida entre 1638 y 1647, con mucha probabilidad por el arquitecto fray Alonso de San José, con planta amplia y rectangular de 17,65 metros de longitud por 7,70 metros de anchura, cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos dividida en cinco tramos por arcos fajones.

Destacan las pinturas de Zurbarán (8 lienzos grandes y uno de menor tamaño), las pinturas de la bóveda barrocas y otros lienzos de autores como Juan Carreño de Miranda y Luis Tristán.

9.- El Relicario o Capilla de San José, Es una de las construcciones más importantes de fines del siglo XVI. Concebida para albergar las numerosas reliquias que el monasterio poseía, este espacio se compone de una planta octogonal, cubierta con cúpula iluminada con linterna y ornamentación a base de flores, ángeles e hipogrifos al temple, de estilo barroco y escuela sevillana. Destacan algunas joyas en orfebrería de mucha calidad y valor, como la Arqueta de los Esmaltes de Juan de Segovia “El Platero” de segunda mitad del siglo XV y la Cruz relicario atribuida al mismo autor, entre otros.

10.- Camarín, construcción barroca, denominada por algunos como “la antesala del cielo” este espacio se configura como un espacio íntimo de estilo rococó, de planta octogonal con dos cuerpos: el camarín propiamente dicho, de planta central de líneas mixtas, con cúpula semiesférica abierta con linterna y cupulín superior; y una estancia inferior denominada “Panteón” o “Capilla de los Siete Altares” del siglo XVII.

Destacan los lienzos de Luca Giordano, las pinturas murales de Francesco Leonardoni, las pinturas al temple de Pedro José de Uceda, la esculturas de las ocho mujeres fuertes de la Biblia, atribuidas a Marcelino Roldán, y por supuesto la imagen de Santa María de Guadalupe.

11.- Horario de visita diaria al Museo del Monasterio

·        Mañanas: De 9:30 a 12:50

·        Tardes: De 15:30 a 17:50

12.-Fuera de la visita, de libre acceso se puede visitar la Basílica o el claustro gótico (Hospedería del Real Monasterio)

 
Mirador de Guadalupe.
 






Claustro.






Sacristía.

Camarín de la Virgen.

Museo de Libros Miniados.


Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe.






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