sábado, 2 de octubre de 2021

Peratallada. Gerona. España.

Encumbrado sobre una roca, se alza Peratallada, uno de los núcleos medievales más importantes de Cataluña. Se trata de un magnífico conjunto arquitectónico presidido por un elegante castillo y rodeado de murallas y un foso, que ha sabido preservar perfectamente su antiguo aspecto feudal de calles estrechas y tortuosas, con entrantes y salientes.

Aunque el origen de la villa es incierto, el topónimo de Peratallada está ya documentado del siglo X. Existen varias cavidades y surcos practicados en la roca viva, en diferentes sitios del recinto, que pueden responder a una población tal vez romana o prerromana. Como mínimo se sabe que Peratallada ya existía en la época altomedieval.

Poco ha cambiado en la morfología urbana de Peratallada desde la época medieval. Y es que no sólo no se ha expandido fuera de las murallas, sino que ha sabido conservar sus orígenes arquitectónicos y urbanísticos como se aprecia al pasear por sus calles estrechas y tortuosas. No en vano es uno de los núcleos más importantes de Cataluña en cuanto a arquitectura medieval.

El núcleo fortificado se concentra sobre una enorme roca natural arenosa, cortada artificialmente para darle verticalidad (de ahí el topónimo "piedra tallada"). En lo alto se encuentra el castillo (del siglo XI, pero con indicios de que podría haber una estructura anterior), con su torre del homenaje y el palacio.

Alrededor del castillo se desplegaba una muralla que formaba un primer recinto cerrado, que estaba rodeado por dos murallas más. De este sistema defensivo actualmente se conservan algunos lienzos de muros, valles excavados en la roca, algunas torres como la Torre de las Horas y el Portal de la Virgen. La población, por tanto, quedaba dividida en tres sectores entre las murallas, lo que acentúa la trama urbanística de pasos y callejones.

Unos 200 metros al norte, extramuros, se encuentra la iglesia parroquial de San Esteban, obra de finales del románico

La Guerra de los Remensas.

Fueron las primeras revueltas populares que se produjeron en España, con el fin de terminar con la servidumbre, las presiones y los malos usos por parte de los señores.

Hay que remontarse hasta 1460 cuando los payeses de remensas (campesinos de la llamada Cataluña Vieja, que trabajaban tierras ajenas adscritos a ellas de modo forzoso y hereditario) se levantaron en armas contra los señores dispuestos a terminar con su condición servil.

Estas revueltas se extendieron por toda Cataluña hasta que en 1486. Cuando con la Setencia Arbitral de Guadalupe otorgada por Fernando el Católico, los remensas consiguen que los malos usos sean abolidos, a cambio de un precio que podía ser abonado en coutas.

La libertad personal que los payeses catalanes consiguieron en el siglo XV (en el resto de la Península y en otros países europeos no se lograría hasta los siglos XVIII y XIX), dará como resultado un importante impulso económico y social.

Los payeses, al no estar vinculados al señor, pudieron dedicarse al comercio, la artesanía y la industria. Cambio que trasformará los pequeños núcleos rurales en villas-mercados; estas bellas poblaciones que hoy podemos apreciar por el Empordà.


Torres de defensa.


Torre de las Horas.


Castillo de Peratallada y Plaza del Castillo.


Plaza del Castillo.


Plaza Mayor.


Plaza Mayor.


Arc Vell.


Castillo de Peratallada.




Portal de la Verge.


Iglesia de San Esteban.


Iglesia de San Esteban.


Iglesia de San Esteban.

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