martes, 24 de marzo de 2015

Claper des Gegants



En el pie de las siguientes fotografías se indica su numeración en el plano.


Número 22 en el plano


Nº 1


Nº 1


Nº 1


Nº 1


Letras I HG FE en el plano


Nº 2


Nº 2


Salida J (Nº 24)


Salida J (Nº 24)


Nº 9


Muralla exterior a la altura del Nº 16


Muralla exterior a la altura del Nº 16



Nº 14


Sendero 10


Sendero 10


Sendero 10


 Nº 15?


Entrada exterior a la altura del Nº 18

Entrada exterior a la derecha del Nº 4

 
Entrada exterior a la derecha del Nº 4 (aproximación)

 
Entrada exterior a la derecha del Nº 4 (aproximación)

Entrada exterior a la derecha del Nº 4 (aproximación)


CLAPER DES GEGANTS

El “Claper des Gegants” o "Talaiot de s'Heretat" son los restos de un poblado de época prehistórica construido aproximadamente hace 3.000 años. Rodeado por una muralla, en su interior se distinguen restos de viviendas y otras habitaciones. Destaca un talaiot circular. Desde su cima se tiene un buen dominio visual sobre las tierras  del valle. Los talaiots eran construcciones parecidas a una torre y eran característicos de la prehistoria mallorquina.

El poblado se encuentra a 5 minutos paseando, a una distancia de 250 mts. El acceso se realiza a través de un sendero de tierra, de dificultad baja, no adaptado a personas con movilidad reducida ni a vehículos de rueda.

El nombre de este lugar “Claper des Gegants” proviene de una antigua costumbre de los payeses mallorquines de atribuir estas construcciones de grandes piedras a la acción de gigantes. En este caso destacan los restos del talaiot y de la muralla que lo rodeaba.

Los talaiots eran construcciones similares a torres que fueron muy comunes en la prehistoria mallorquina. Muchos de ellos se conservan aún en la actualidad.

Se construían aislado o, como en este caso, integrados en un poblado. Podían ser de planta circular o cuadrada y su altura se aproximaba a la de un edificio de dos plantas. Construidos con piedras sin mortero, tenían una gran columna central que sostenía la cubierta. El acceso a su interior se hacía a través de un pequeño pasadizo abierto en el muro.

Cumplían diversas funciones: espacios comunitarios, lugares de reunión, vivienda…, en su terrado se realizaban labores de vigilancia, comunicación y control del territorio. Son las construcciones más características de la prehistoria mallorquina.

Descripción del yacimiento
Se trata de un antiguo poblado talayótico que probablemente hubiese albergado a toda la población del valle. La muralla que protege el poblado tiene un perímetro de 295 metros y una superficie de 4800 m2. Ésta tiene al menos tres portales adovelados.

Restos de habitaciones del yacimiento
El acceso al recinto es bastante fácil gracias a las indicaciones tanto en la carretera como en el interior del mismo y hay que caminar unos 500 metros por un camino de tierra para llegar al yacimiento.

Dentro del recinto destaca como centro del poblado el talayote conocido como el Claper des Gegant. La construcción es de planta circular con un diámetro de 9,8 metros y la pared exterior está formada por grandes losas colocadas más o menos en filas, lo que demuestra que ya disponían de métodos para transportar materiales pesados y una técnica constructiva notable. El grosor de la pared es de 2,6 metros y la cámara tiene una altura máxima de 4,1.

Al sureste de la cámara, hay una entrada a un corredor subterráneo que tiene un largo de 6 metros, con una altura y grosor de 1,5 y 1 metro respectivamente. El final del corredor está derruido por lo que se puede deducir que tenía entrada en alguna construcción adosada al talayote, ya que tiene una longitud superior al grosor del monumento.

Aparte del talayote, hay restos de habitaciones rectangulares, circulares y ovaladas con unos muros de unas características muy distintas, de lo que se puede deducir que el poblado fue reformado o ampliado en distintos periodos y que su ocupación perduraría hasta incluso después de la conquista romana.

Historia y usos del yacimiento
Este poblado prehistórico fue construido hace 3000 años, coincidiendo con la cultura talayótica y por tanto, la Edad del Bronce. En este caso particular parece ser que el talayote y la muralla se construyeron en la misma fase ya que el talayote está muy bien situado dentro del poblado. Sin embargo, el resto del yacimiento se construyó en diferentes fases:

La primera fase fue en la época talayótica I, donde se construyó la muralla y el talayote. Se supone que el talayote tenía una finalidad de observación, de defensa, de habitáculo o lugares de enterramiento del hombre mallorquín, y obviamente la muralla era defensiva.

La presencia de las murallas alrededor del 1000 a.C. se entiende como mecanismo de defensa ante los ataques de los colonizadores. La construcción del talayote demostraba una organización laboral compleja por la dificultad que conllevaba.

Debido a las diferentes técnicas constructivas de las habitaciones, se puede deducir que el poblado ha sido reformado o ampliado en diversos periodos.

A 30 metros al sur de los portales del poblado, se encuentran localizados tres cisternas artificiales excavadas en el subsuelo con la finalidad de almacenar el agua de la lluvia y posteriormente eran tapados con una losa de piedra para evitar la evaporación durante el verano. Estos depósitos fueron realizados al darse cuenta que habían zonas de roca arenisca, que eran impermeables.

Todo apunta que la sociedad de esa época estaba jerarquizada y había un control de la propiedad por un reducto grupo de personas. En cuanto a la economía, se basaba en el trueque del ganado.

Usos posteriores
En el poblado también se hallaron restos de cerámicas fenicias y romanas por lo que se puede deducir que estas civilizaciones también ocuparon el poblado.

Ya en la Edad Contemporánea, el yacimiento ha sido utilizado como cantera para construir muros y casas, por lo cual han desaparecido estructuras. También fue usado como lugar de protección del ganado y piara.

No hizo falta realizar excavaciones para localizar las cisternas debido al reciente uso de los carboneros para fabricar carbón.

Investigación y restauración
Fue uno de los monumentos del levante mallorquín citado por el Archiduque Luis Salvador de Austria en su obra Die Balearen in wort und bild geschildert (1869-1891). También fue estudiado a finales del siglo pasado por Émile Cartailhac, el cual hace referencia al poblado y publica una fotografía en Les monuments primitîfs des Îles Baleares (1892).

Otro investigador que incidió en este yacimiento es José Mascaró Pasarius, quien creó los planos des Claper des Gegants que publicó en Tipología de los monumentos megalíticos de Mallorca (1962), firmado por Mascaró y Bartomeu Font Obrador, aunque se hace una descripción del poblado en Monumentos talayóticos del término de Capdepera (Avance de su catálogo) (1964).

Recorrido turístico del yacimiento
La restauración del yacimiento fue llevada a cabo a partir del 1996 por un equipo de investigación y restauración dirigido por la arqueóloga Lourdes Mazaira Cabana-Verdes. Le acompañan Catalina Garau, Joan Lillo Colomar (técnico forestal), Pere Cortada (técnico de cultura) y los arquitectos Carlos Moranta y Mateu Carrió.

El proyecto de restauración des Claper des Gegants tenía como objetivos eliminar la vegetación que tapaba completamente el poblado y así poder estudiar las características, el estado de conservación y la extensión del yacimiento, así como planificar y programar la excavación y restauración. También se planteó la posibilidad de habilitar el poblado para visita turístico-cultural.

Se planifico el trabajo en dos campañas:
  • En la primera (1996-1997), se limpió de vegetación una franja de terreno alrededor de la muralla del poblado, para facilitar el acceso al equipo de restauración y sería parte del circuito de visita del poblado. También se desbrozó el sector del talayote. En 1998, el arquitecto Carlos Moranta dirigió la restauración de la cámara del talayote, debido a su inestabilidad y desprendimientos.
  • En cuanto a la segunda campaña (1998), se basó en limpiar y desbrozar la parte interior del recinto. Además, se tuvo que despedregar algunas zonas del interior del poblado.
Finalmente, se trazó el recorrido del itinerario de visita del yacimiento por el interior del poblado y se habilitó un camino.

domingo, 15 de marzo de 2015

Torre de Canyamel


 La Torre de Canyamel

Construida en el S. XIII, se constituye como el emblema del valle de Canyamel. A lo largo de su historia ha pertenecido a diferentes señores, hasta que en 1867 fue adquirida por Pere-Francesc Font dels Olors i Ordines d’Almadrà. Después la heredó su hija, Joana-Maria Font dels Olors i d’Olesa, y de ella pasó a su nieto, Gabriel Morell i Font dels Olors cuyos descendientes son los propietarios actuales. En 2009, reabre sus puertas como museo y como centro de eventos y exposiciones artísticas y musicales.

Restaurante Porxada de sa Torre

Situado junto a la Torre de Canyamel, abrió sus puertas en 1966. Desde su inauguración, se ha mantenido fiel en presentar recetas típicas de la cocina tradicional mallorquina, especialmente sus deliciosas “porcellas”, criadas exclusivamente en nuestra Finca del Olors.

Torrent de Canyamel






 

 
 






Al este de la isla de Mallorca, se encuentra este área protegida que comprende las inmediaciones del torrente del mismo nombre. Su caudal, en su desembocadura, forma un embalse que presenta un gran número de especies vegetales, como juncos y cañizos, entre otros; también, se encuentra el chopo, además de bosques de encinas en los taludes. En cuanto a la fauna destacan algunas aves acuáticas, tanto migratorias como invernantes, las cuales aprovechan la escasa profundidad del embalse para nidificar. Anátidas, zampullines y fochas son algunas de las especies que se pueden encontrar entre otras.

sábado, 14 de marzo de 2015

Far del Cap Gros (Pto de Sóller)


Por iniciativa del Ayuntamiento de Sóller, se construyó su torre y un pequeño edificio en 1842 pero no llegaría a iluminarse. Se traspasó al Ministerio de Obras Públicas en 1852 inaugurándose el 20 de febrero de 1859 como faro de 4º orden. Al no haber sido proyectado por ningún ingeniero, cosa habitual entonces, la construcción interna de la torre era atípica para los faros de la época y carecía de cámara de servicio, por lo que los torreros allí destinados debían realizar sus turnos en la misma linterna, lo que provocaría la protesta de los mismos al tener que hacer su trabajo en condiciones más duras que el resto de compañeros de los otros faros. Su primera apariencia luminosa fue de luz fija y utilizaba una lámpara moderadora de aceite de oliva, pero algunos años después se sustituyó por una lámpara Maris de 2 mechas.

En 1918 se electrificó el faro pero en abril de 1952 una fuerte tormenta destruyó la línea eléctrica y se hubo de utilizar la lámpara de socorro, tipo Aladino, hasta agosto de 1963 cuando volvió a ser electrificado su sistema de iluminación. En los años setenta se implantó una óptica de lámparas de haz sellado, que permaneció en servicio hasta noviembre de 2008.

Actualmente cuenta con una óptica acrílica y lámparas de descarga de 400 w. Aunque hoy en día el faro está muy bien comunicado con el Puerto de Soller, sin embargo en el siglo XIX esta señal se encontraba bastante aislada y en invierno, con las lluvias frecuentes de la zona y algunos torrentes en plena actividad, los torreros tardaban más de dos horas y media en poder llegar al reducido núcleo de población que entonces existía en el puerto. Cuando el torrero de Sa Creu necesitaba que le sustituyeran, generalmente acudía uno de los dos que vivían en Cap Gros.