jueves, 10 de marzo de 2011

Iglesia de la Transfiguración y Recinto de San Salvador.

Restaurante Asadito



Restaurante Asadito.

Avda. Son Rigo, 4
07600 Playa de Palma.
Telf. 971 49 29 29
Fax  971 74 54 73
www.asadito.com
info@asadito.com

El mejor Steak Tártaro del mundo. Si eres amante de este plato, no puedes irte de Mallorca sin haberlo probado.

Hotel Tryp Palma

Hostal Cuba


 


A inicios del siglo XX surgen en Europa movimientos artísticos renovadores. En Bélgica y Francia florece el art nouveau, de líneas onduladas y exuberante decoración floral, con símbolos iconográficos recurrentes como lirios, nenúfares, dragones, leones y mariposas. En Austria triunfa el Secesionismo austero, lineal y geométrico. Y en muchos lugares se reviven los historicismos, que evocan el pasado y el exotismo colonial y recogen elementos de otros estilos precedentes como el neomudéjar, neogótico y neobarroco. Todos ellos son frecuentemente etiquetados como modernismo, pues, de hecho, al hablar de modernismo no debemos hacer referencia a un estilo sino a una actitud de renovación, que rompe con el pasado y busca nuevas formas de expresión, que recupera el valor de la artesanía a la vez que aplica nuevos materiales, como hierro, vidrio y cemento, y a la vez es una nueva forma de entender el arte, de pensar, vestir, creer.A inicios del siglo XX surgen en Europa movimientos artísticos renovadores. En Bélgica y Francia florece el art nouveau, de líneas onduladas y exuberante decoración floral, con símbolos iconográficos recurrentes como lirios, nenúfares, dragones, leones y mariposas. En Austria triunfa el Secesionismo austero, lineal y geométrico. Y en muchos lugares se reviven los historicismos, que evocan el pasado y el exotismo colonial y recogen elementos de otros estilos precedentes como el neomudéjar, neogótico y neobarroco. Todos ellos son frecuentemente etiquetados como modernismo, pues, de hecho, al hablar de modernismo no debemos hacer referencia a un estilo sino a una actitud de renovación, que rompe con el pasado y busca nuevas formas de expresión, que recupera el valor de la artesanía a la vez que aplica nuevos materiales, como hierro, vidrio y cemento, y a la vez es una nueva forma de entender el arte, de pensar, vestir, creer.
El Modernismo en Mallorca se enmarca entre 1901, año en que se inicia la construcción del Gran Hotel, y 1914, fecha en que el arquitecto catalán Antoni Gaudí abandona las obras de la Catedral. Coincide con los años de gestación y aprobación del Plan Calvet y se caracteriza por la realización de edificios innovadores, como el Gran Hotel, la Estación del Tren de Sóller, el Matadero Municipal y, viviendas y comercios burgueses. Conviven en la isla proyectos ejecutados por arquitectos catalanes como Gaudí y Lluís Domènec y Montaner -que aportan el modernismo catalán de tendencia próxima al Art Nouveau-con arquitectos locales, de tendencia secesionista e historicista por sus estancias en Madrid y en las capitales europeas, como son Gaspar Bennàssar, Jaume Alenyar, Josep Alomar, Francesc Roca y Guillem Reynés.
En la última década del siglo XIX, ni Mallorca, ni el conjunto de las Baleares, contaron con un contexto socioeconómico apropiado, al contrario que Cataluña, para acoger e implantar el nuevo movimiento artístico. La industria textil y del calzado había sufrido un fuerte revés a causa de la pérdida de mercados en Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Tampoco la agricultura, concretamente la producción de vinos, tuvo más suerte a causa de la filoxera. El proceso de industrialización no se dio aún, por lo que tampoco existía una burguesía fuerte capaz de financiar la nueva arquitectura floreciente.
Sin embargo, el Modernismo balear sí se desarrolló al margen de esta realidad. Al igual que en el caso de la arquitectura renacentista y barroca, la modernista también afectó mayoritariamente a la decoración de fachadas (salvo excepciones). El principal canal difusor del Modernismo en Mallorca fue Barcelona, la corriente más ondulante y floral (Gaudí, Puig i Cadafalch y Domènech i Montaner), aunque también recoge la influencia del Art Nouveau belga y francés (Guimard, Horta, Van de Velde, etc.). La mayor parte de los edificios modernistas siguen la corriente decorativa catalana. Muchos de sus arquitectos vinieron a las islas para realizar algún proyecto, como Gaudí en la catedral, Rubió, Domènech, cuyas obras mallorquinas no suponen ninguna novedad respectos a sus obras catalanas. Por otra parte, hubo arquitectos isleños que se afiliaron a esta corriente como Bennássar, Roca, Reynés, que aceptaron el nuevo estilo para responder a unos gustos muy puntuales dentro de la sociedad balear. A pesar de la adscripción de estos artistas oriundos, el Modernismo en las islas fue básicamente epidérmico, aplicando decoración Art Nouveau a estructura arquitectónicas tradicionales.