martes, 9 de noviembre de 2021

Palacio de los Golfines de Abajo y Diputación Provincial De Cáceres. Cáceres. Extremadura.

El Palacio de los Golfines de Abajo es uno de los edificios más representativos del recinto amurallado de Cáceres.

Desde su rehabilitación y apertura al público en septiembre de 2015 se ha convertido en uno de los referentes de la vida cultural extremeña.

Ha sido propiedad de los Golfines desde el siglo XV hasta el fallecimiento de la última descendiente de este linaje, doña Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno y Seebacher, VIII Condesa de Torre Arias con Grandeza de España, Marquesa de Santa Marta y Marquesa de la Torre de Esteban Hambrán, primera presidenta de la Fundación que lleva su nombre.

El Palacio es un museo de ambiente que recrea una vivienda de la nobleza, al recorrer sus salones es posible sentir la huella de los siglos pasados y conocer a través del rico patrimonio artístico y documental reunido durante siglos, no solo la historia de uno de los linajes más antiguos de España, sino también aspectos de la evolución de las familias nobiliarias a lo largo del tiempo: sus gustos, creencias, tendencias decorativas, modas y ocio.

Historia de la construcción

Fue en el reinado de Enrique IV cuando comienza la primera fase constructiva levantándose una casa-fuerte, tan propia del Cáceres del siglo XV para defenderse de los ataques de otros nobles, hoy identificable gracias a los matacanes que defienden los laterales de su torre.

El resto de la fachada corresponde a la segunda fase de edificación, la obra que comenzaba Alonso Golfín en el siglo XV se concluiría a principios del S XVI en tiempos de su hijo Sancho de Paredes Golfín, a quien se debe la finalización del edificio y su fachada plateresca.

Posteriormente siguió su paulatina ampliación, hecho típico en este tipo de edificaciones.

En su parte baja se encuentra el acceso al palacio, con una puerta en arco de medio punto, flanqueada por los escudos de armas del matrimonio que financia la obra. El de los Cuello a la derecha, perteneciente a la esposa del camarero, Isabel Cuello, león rampante con collar, y el de los Golfines a la izquierda, cuartelado en cruz con dos flores de lis y dos castillos.

Sobre la puerta, en la parte más alta, se encuentra una ventana geminada con tracería gótica y parteluz de mármol con capitel jónico. Y sobre la ventana, el escudo de los Reyes Católicos coronado con una cruz que indica que este palacio sirvió de alojamiento de sus altezas reales en dos ocasiones, en los años 1477 y 1479.

En la parte inferior de la ventana se localiza el escudo de armas de la familia, con putti o angelotes que lo sujetan y más abajo una de las inscripciones cuya interpretación aún no se conoce con seguridad “Fer de Fer”. Podría hacer honor a Fernando Golfín, quien fue escudero del infante don Fernando, o representar un símbolo de prestigio del Camarero aludiendo a sus vínculos con Fernando el Católico y con su nieto, el infante don Fernando.

A la izquierda de la fachada se erige una torre con el escudo familiar, que ostenta un yelmo rematado por una mano empuñando una espada. Todo ello flanqueado por volantes y lambrequines labrados.

Por debajo se puede ver una segunda inscripción dentro de una cartela en la que puede leerse: ESTA ES LA CASA DE LOS GOLFINES, informando con ella de la titularidad del palacio.

En la zona superior encontramos dos medallones con los bustos de dos personajes de la Antigüedad, Trajano y Judas Macabeo, considerados símbolos de justicia y fortaleza.

La fachada está rematada en la parte superior con crestería de granito, compuesta de figuras de grifos alados entre flameros, seres con alas y cuerpo con plumas, patas transformadas en vegetales y cola de serpiente, y la cabeza con las fauces entreabiertas en actitud agresiva.

Según algunos historiadores la construcción podría atribuirse a Pedro de Ibarra, por las obras que también realizaba en la torre de Santa María y en otros lugares de la provincia, o al escultor y entallador Alonso de Torralba y al cantero Gonzalo Romero.

Historia de Los Golfines

Según la Sala de Armas (s. XVI) Pedro Domingo Golfín, señor de Torre Arias, es el primer Golfín del linaje en Cáceres. Sin embargo, ya en la segunda mitad del S.XIII, aparece documentado Alfón Pérez Golfín casado con María Gómez Tello de los que descienden los integrantes de esta familia asentada en Cáceres.

A finales del siglo XV la familia se fragmenta en dos ramas; el primogénito, señor de Torre Arias, edifica su casa palacio de los Golfines de Abajo y su hermano, señor de Casa Corchada, el de Golfines de Arriba cercano a la Plaza de San Mateo.

A principios del S.XVIII, las dos ramas vuelven a unirse por enlace matrimonial de sus primogénitos, García Manuel Golfín del Águila y Juana María Golfín y Solís.

El primer constructor del Palacio fue Alonso Golfín en el siglo XV. Apoyó a los Reyes Católicos en la Guerra de Sucesión castellana tras la muerte de Enrique IV. Debido a la relación de amistad y vasallaje que le unía con los monarcas, éstos se hospedaron en su casa las dos veces que visitaron Cáceres. Además, instituyó mayorazgo según Real Facultad de 16 de julio de 1485, como medio para mantener unificado el patrimonio y poder familiar.

De entre los miembros más notables de la dinastía destaca el hijo del anterior, Sancho de Paredes Golfín, que vivió entre los siglos XV y XVI. Fue Camarero de la reina Dª Isabel la Católica, y además uno de los firmantes de su histórico testamento en Medina del Campo. También fue Camarero del Infante D. Fernando, nieto de los Reyes Católicos y Continuo de la reina Dª Juana I de Castilla. Después de sus cargos en la Corte, regresó a su residencia cacereña, donde comenzó la ampliación del patrimonio familiar con la compra de tierras y bienes.

En el siglo XVIII, Pedro Matías Golfín se casa con María Francisca Colón de Larreátegui, a quien en 1761 el rey Carlos III concede el título de Condesa de Torre Arias, convirtiéndose así el antiguo señorío de Torre Arias en condado.

En 1788, Pedro Cayetano Golfín y Colón contrae matrimonio con María Asunción de las Casas y Mendoza, IV Marquesa de Santa Marta. Considerado en su época “ricohombre” de Extremadura ayudó enormemente al pueblo durante la guerra de la Independencia contra los franceses.

A mediados del siglo XIX, María de la Concepción Gordón y Golfín contrae matrimonio con Enrique Pérez de Guzmán el Bueno y Gallego, caballero cordobés, hijo de los Condes de Villamanrique del Tajo. Descendientes del defensor de Tarifa y de Leonor López de Córdoba, consejera íntima de la reina Catalina de Lancaster.

Con el enlace matrimonial de los abuelos de doña Tatiana, se suma el marquesado de la Torre de Esteban Hambrán por parte de su abuela, María Salabert y Arteaga. El rey Alfonso XIII les otorga la Grandeza de España por el condado de Torre Arias.

Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno y Seebacher nació en San Sebastián el 26 de octubre de 1923, aunque residió en Madrid toda su vida. Tras el fallecimiento de su padre, Alfonso Pérez de Guzmán el Bueno y Salabert, hereda los títulos y el patrimonio familiar. Al no haber descendencia de su matrimonio con Julio Peláez Avendaño deciden constituir una fundación. De esta forma se conserva el patrimonio familiar, poniéndolo al servicio de la sociedad con numerosas iniciativas.

Enlace a la página de la Fundación. 

Diputación Provincial De Cáceres en primer plano y Palacio de los Golfines de Abajo al fondo.
Diputación Provincial De Cáceres en primer plano y Palacio de los Golfines de Abajo al fondo.
 
Palacio de los Golfines de Abajo.


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