martes, 9 de noviembre de 2021

Iglesia de Santiago. Cáceres. Extremadura.

Está situada fuera del recinto amurallado, en la zona de Caleros.

En el exterior destacan sus portadas góticas con arquivoltas y enmarcadas por alfiz.

El interior muestra una única nave cubierta con bóvedas de crucería y con un amplio coro a los pies. Hay que destacar el magnífico retablo mayor, encargado en 1557 al maestro Alonso de Berruguete, uno de los principales escultores manieristas españoles; fue terminado por su taller e instalado definitivamente en 1570.

En esta iglesia destacan sobre todo las imágenes que alberga, siendo las más importantes  el Jesús Nazareno, tallado en Sevilla en 1609 por Tomás de la Huerta y San Judas Tadeo de gran devoción en la ciudad.

La iglesia de Santiago se sitúa a cinco minutos al norte de la Plaza Mayor, extramuros, entre las palmeras y la vegetación de la plaza de Santiago. En este espacio abierto se levanta el robusto templo románico, que parece flotar sobre las columnas de estriados fustes en que se suspenden sus contrafuertes.

La iglesia de Santiago es una de las más hermosas de Cáceres y, en consecuencia, de las más requeridas para bodas y otras ceremonias religiosas. La fama es merecida: su interior está espléndidamente cubierto por bóvedas de crucería que entrelazan sus arcos y nervios góticos, y posee un retablo obra del mismísimo Alonso Berruguete, el más destacado escultor español de la segunda mitad del siglo XVI.

Este imponente edificio de piedra tiene su origen en 1170, cuando el rey Fernando II de León decide proteger la ciudad recién tomada a los almohades fundando una orden religiosa y militar: los Hermanos de la Espada o Fratres, la futura Orden de Santiago. En 1174, sin embargo, los almohades reconquistarían la ciudad de nuevo. En esos cuatro años, la orden dejaría su impronta en la urbe con una primitiva construcción religiosa. Sobre este significativo templo es donde se levanta hoy la actual iglesia de Santiago.

Un cielo de finos arcos en la iglesia de Santiago de Cáceres

La construcción de la iglesia de Santiago abarca desde siglo XII al XVIII, por lo que se pueden encontrar elementos de diversos estilos. Pero es en el siglo XVI cuando Francisco de Carvajal, arcediano de Plasencia, encarga su reforma definitiva a Rodrigo Gil de Hontañón, autor de la famosa fachada del Colegio Mayor de San Ildefonso, icono de la Universidad de Alcalá de Henares y Patrimonio de la Humanidad. Es tras esta reforma cuando la iglesia de Santiago adopta su aspecto actual.

Carvajal dejaría además constancia de su participación económica en los escudos que se replican por los contrafuertes y dentro de la propia iglesia de Santiago. Otros adornos, como la concha del peregrino, nos indican la relación de la iglesia con el milenario Camino de Santiago.

La iglesia de Santiago cuenta con dos entradas, situadas en cada uno de sus laterales y abiertas en dos arcos góticos apuntados, orlados por arquivoltas y enmarcados en un alfiz. Uno de los aspectos más destacados de la iglesia se observa aquí, en su exterior: sus recios contrafuertes, que absorben el peso de los muros y bóvedas, están acabados en columnas estrechas de fuste estriado, que dan una sensación de ingravidez a la mole de piedra. La torre del templo está, por su parte, rematada en forma de pirámide y adornada con gárgolas. En el interior encontramos una sola y amplia nave central, con arcos de medio punto que forman galerías de bóvedas de crucería, adornados con medallones y escudos. Dentro podemos encontrar otros muchos atractivos, de los cuales podemos destacar los siguientes:

  • Bóvedas de crucería. Las bóvedas de crucería, que se reparten simétricamente formando arcos entrelazados por el techo, de finísima nervadura, son uno de los elemento más característicos de la iglesia y dan una apariencia gótica al edificio. Las encontramos especialmente exuberantes encima del coro y de la capilla Mayor del retablo
  • Las tallas. La iglesia de Santiago conserva en sus capillas laterales algunas tallas de gran valor y antigüedad. Entre ellas destacan las siguientes: Cristo de los  Milagros, Nuestra Señora de la Esclarecida y Jesús Nazareno, realizadas entre los siglos XV y XVI
  • Capilla Mayor. Encontramos la capilla Mayor en el testero de la iglesia de Santiago, separada del templo por una bella reja plateresca adornada con medallones, obra de Francisco de Núñez en el siglo XVI. Es en esta capilla donde se erige el espectacular retablo de Alonso de Berruguete.

El retablo mayor de Berruguete

Alonso de Berruguete fue el encargado de tallar el impresionante retablo Mayor de policromados y hermosos altorrelieves que hoy preside la iglesia de Santiago. Alonso, hijo del reconocido pintor Pedro Berruguete, fue el principal exponente de la escultura del siglo XVI español. En 1507 viajó a Italia, entonces el centro artístico de Europa, para estudiar pintura, y es allí donde tomó contacto con algunos de los grandes genios del Renacimiento italiano: Miguel Ángel, Bramante y Leonardo da Vinci.

El retablo de la iglesia de Santiago consta de dos cuerpos y tres calles o columnas. Todas las esculturas están policromadas y exquisitamente talladas al detalle en altorrelieves. El conjunto también queda dividido por columnas y cariátides. Hoy podemos sentirnos afortunados de contar con él, pues las disputas, los pagos requeridos y las fianzas que enemistaron a don Alonso y a los que solicitaron el encargo, estuvieron a punto de provocar su cancelación. Muchos años después, la pieza se entregaría de forma póstuma. Y así, décadas después del encargo, el retablo llegó a la iglesia de Santiago tras una serie de desastrosos viajes que casi acaban con la obra, que hubo de ser restaurada.

En el retablo de la iglesia de Santiago encontramos diferentes narraciones. Representados en el retablo Mayor se encuentran algunos de los episodios más importantes de la vida de Cristo. En el cuerpo inferior tenemos, empezando por la columna de la izquierda, una Adoración de los Reyes Magos; en el centro se yergue Santiago a caballo, arengando a las tropas; y en la calle derecha aparece la figura San Francisco recibiendo sus estigmas.

El cuerpo superior, por su parte, dispone a la izquierda una representación del Domingo de Ramos, con Jesús entrando en la ciudad de Jerusalén; en la calle central observamos a la Virgen con el Divino Niño en brazos y, por último, en la calle derecha un Cristo Resucitado. Arriba, sobre el retablo, se encuentra una escena del Calvario de Cristo, con figuras de San Juan o la Virgen entre otros. Además, unos ángeles sostienen el escudo del benefactor de la iglesia de Santiago, Francisco de Carvajal, que no quiso dejar ninguna duda acerca de quién financió el proyecto.

Los Fratres, los monjes guerreros en los inicios de la Orden de Santiago

En la primera mitad del siglo XII, Portugal y León mostraban interés en expandirse hacia Cáceres, mientras que Castilla parecía no darle tanta prioridad. Tras duros combates, los portugueses consiguieron tomar la ciudad pero, en la diplomacia, ganó el Reino de León, llegando sus soberanos a un acuerdo con los almohades para instalarse. Es entonces, en 1170, cuando Fernando II de León decide asegurar sus nuevos dominios. Y para prevenir nuevos ataques de los almohades decide fundar una orden religiosa y militar en la que se hiciera voto de defender la ciudad.

Estando en la antigua ruta romana que llevaba hasta Compostela –y que pasaba por Cáceres y su iglesia de Santiago–, la orden se encaminó también a proteger a los peregrinos que se dirigiesen hacia el extremo norte. Empezaron con el nombre de Fratres de Cáceres o, más poéticamente, de Hermanos de la Espada. Esta orden adoptaría más tarde el nombre de Santiago, el patrón de este templo. En la iglesia de Santiago puede verse todavía alguna concha de peregrino, atestiguando ese pasado de peregrinajes en la región.

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