lunes, 22 de enero de 2024

Gran torii de Miyajima y santuario Itsukushima. Miyajima. Japón.

El santuario de Itsukushima o Itsukushima Jinja (厳島神社) es uno de los santuarios más famosos entre los turistas que viajan a Japón. Sin duda, su imagen más icónica es el gran torii de Miyajima.

Gracias a este torii es el principal atractivo turístico de la isla de Miyajima, muy cercana a la ciudad de Hiroshima. Un santuario que además es Patrimonio de la Humanidad y uno de los tres paisajes más bellos del país.

Esto no sorprende, porque el santuario de Itsukushima es uno de los más bonitos y mejor preservados de todo Japón. Además de que es un precioso ejemplo de arquitectura tradicional en un entorno natural maravilloso como es la isla de Miyajima.

JR West Miyajima Ferry.

Vista del torii a la llegada a la isla.

En realidad, la isla se llama oficialmente Itsukushima, pero se la conoce popularmente como Miyajima o, traducido, «isla del santuario».

El gran torii de Miyajima estuvo en obras de restauración desde junio de 2019 hasta el 14 de diciembre de 2022, cuando se terminó de retirar completamente la pasarela lateral de andamios que todavía quedaba.

Historia del santuario de Itsukushima.

La particularidad del santuario de Itsukushima es que está construido sobre el agua en la costa de la isla de Miyajima, en el mar interior de Seto.

Y es especialmente conocido por su gran torii flotante que habrás visto en mil y una ocasiones en imágenes y vídeos.

Se cree que el santuario de Itsukushima fue fundado en el año 593, aunque no hay confirmación de su existencia hasta 811. Así que la historia sobre su creación no es del todo.

Lo que sí se sabe es que un incendio destruyó los edificios principales del santuario en 1207, por lo que fueron reconstruidos varios años después. Y de nuevo, el santuario volvió a sufrir otro incendio en 1223. Veinte años más tarde fueron reconstruidos de nuevo y así llegaron hasta nuestros días.

El complejo del santuario, formado por 37 edificios, resulta impresionante. Si además tienes en cuenta que en los alrededores del complejo hay 19 edificios más, con más razón. El santuario mantiene el estilo arquitectónico Shinden, típico del periodo Heian de la historia japonesa (de los años 794 a 1185).

A lo largo de la historia se han ido añadiendo nuevos edificios al complejo, como por ejemplo la pagoda de cinco niveles Gojūnotō, que se añadió en 1407. O la pagoda de dos niveles Tahōtō, añadida en 1523. Además, también se han ido añadiendo varios salones con altares para los dioses. En definitiva, uno de los santuarios más impresionantes de todo Japón.

El complejo actual del santuario está formado por muchos edificios. Pero entre ellos destacan el salón principal Honden, el salón de plegarias Haiden y el salón de las ofrendas Heiden.

Además, por supuesto, tienes el gran torii de entrada y delante de él la plataforma para las ceremonias Hirabutai, donde se suelen realizar obras de teatro nō y otras artes escénicas tradicionales. De esta plataforma ceremonial salen dos pasillos hacia el este y el oeste, también sobre el agua. Estos pasillos unen los edificios secundarios con la parte central del santuario.

Fuente: https://japonismo.com/blog/santuario-de-itsukushima-miyajima

Normalmente tomarás el camino de acceso paralelo a la costa, aunque también puedes llegar al santuario a través de los callejones superiores que lo conectan con la pagoda de cinco pisos y el salón Senjokaku.

















El acceso por la zona de la playa está marcado por un gran torii de piedra flanqueado por dos preciosas esculturas.

Hay que dejar claro que, en este caso y a diferencia de otros santuarios, existe un único punto de entrada. No es posible comenzar la visita entrando por otro punto. E igualmente, existe un único punto de salida, igual para todos los visitantes.






Al llegar al santuario, lo primero que encontrarás es la zona de abluciones o temizu, donde puedes purificarte a través del agua.

Aunque muchos santuarios en Japón son de acceso gratuito, aquí necesitas comprar entrada. Una vez con la entrada ya comprada, pasarás por el primer pasillo sobre el agua, llamado Higashi Kairo o pasillo del este. Este pasillo va desde la entrada del santuario hasta el salón de purificaciones del santuario principal. Y por el camino pasa por el santuario Marodo y el salón de los servicios matutinos Asazaya.

El pasillo tiene 4 metros de ancho y cuenta con pequeños espacios entre las tablillas del suelo. Estos espacios permiten la transpiración de la madera y ayudan a mantenerla en buenas condiciones durante la marea alta o lluvias torrenciales. Y es que hay que tener en cuenta, por la manera en la que está construido y su ubicación, que los suelos suelen tener muchísima humedad.

Si lo visitas cuando hay marea alta, los pasillos parecen flotar sobre las tranquilas aguas que rodean la isla, creando un ambiente simplemente espectacular. Desde este pasillo tienes una vista preciosa del santuario y el gran torii flotante sobre el agua.

Mientras paseas por el pasillo oriental, puedes fijarte en las lámparas tradicionales que cuelgan del techo. Las actuales son de bronce y se colocaron aquí a comienzos del siglo XX copiando el estilo de las anteriores, de 1366.

A continuación pasarás por la zona de purificación o Haraisho situada enfrente del santuario Marōdo. Este pequeño santuario está dedicado a las deidades «invitadas» del santuario de Itsukushima. Las deidades consagradas aquí son Ameno Oshihomimi no Mikoto, Amenohohi no Mikoto, Amatsuhikone no Mikoto, Itsutsuhikone no Mikoto y Kumanokusubi no Mikoto.

El santuario Marōdo es uno de los mayores sessha o santuarios auxiliares de un santuario principal de todo Japón. Su estilo arquitectónico es muy parecido al del resto del santuario y dispone, además, de un salón de plegarias y un salón de sutras.

Después verás el estanque del espejo o Kagami no Ike, uno de los tres estanques que puedes encontrar en las inmediaciones del complejo. Los estanques servían en el pasado como reservas de agua en caso de incendio (especialmente con marea baja).





A continuación tienes, en el centro del complejo, el santuario principal del santuario de Itsukushima. Las deidades consagradas aquí son Ichikishmahime no Mikoto, Tagorihime no Mikoto y Tagitsuhime no Mikoto, las llamadas tres deidades de Munakata.


El santuario está dividido en dos salas diferenciadas, el salón de plegarias o Haiden y el salón principal u Honden. Estas dos salas se encuentran unidas entre sí a través del salón de ofrendas Heiden.


Enfrente del Haiden se encuentra el Haraiden o salón de purificaciones. Este salón se usaba en el pasado durante los festivales mensuales y para las ceremonias de bugaku o antiguas danzas de la corte durante los días de lluvia.

La parte central del techo frontal está cortado y es algo más elevado que el resto. Esto es típico de los salones budistas de finales del periodo Heian.

Justo enfrente del salón de purificaciones, ya en el exterior, se encuentra el Takabutai o escenario elevado. Este escenario se usa para las representaciones de bugaku o antigua danza tradicional de la corte en los días soleados.

Los músicos se colocan a la derecha o izquierda del escenario, en unas plataformas llamadas sagakubo y ugakubo, respectivamente y que tienen a su lado los salones del pequeño santuario Kadomadoro.

En este santuario están consagradas dos deidades: Toyoiwamado no Kami y Kushiiwamado no Kami, deidades guardianas del santuario Itsukushima.

No se sabe cuándo se construyó exactamente este escenario elevado. Pero teniendo en cuenta que en él está grabado el nombre de un sacerdote principal del santuario, nos permite aventurar una estimación. Así, se cree que su origen está entre 1467 y 1568, aunque fue posteriormente reemplazado por una nueva estructura en el periodo Edo.

Enfrente del escenario elevado tienes el escenario exterior Hirabutai. El escenario es una plataforma sobre el agua que conecta con los santuarios Kadomarodo y las plataformas para los músicos.

De nuevo, no se sabe exactamente cuándo se construyó esta plataforma exterior. Y tiene, además, un aspecto curioso, ya que los cimientos están hechos de piedra y no de madera como en el resto del santuario.

Desde el extremo, en el que verás la famosa lámpara tradicional Hitasaki, se suele tener una muy buena perspectiva del gran torii del santuario de Itsukushima.


El gran torii del santuario Itsukushima es el símbolo de la isla de Miyajima. Se construyó en 1168 a unos 200 metros de la costa. Para ser precisos, a exactamente a 212,7 metros de distancia del oratorio Haiden y a 173,4 metros de distancia de la lámpara de cobre Hitasaki.







Debido a su situación geográfica sobre el mar, el gran torii ha sufrido daños a lo largo de su historia. Por este motivo se ha tenido que restaurar y reconstruir en varias ocasiones. El torii actual es una reconstrucción de 1875 y es el octavo torii del que se tiene constancia.

Con un total de 16,6 metros de alto y 60 toneladas de peso, cada uno de sus dos pilares principales mide 13,4 metros de alto y tienen una circunferencia de 9,9 metros. La parte superior del torii tiene una longitud de 24,2 metros.

El torii está hecho de madera de alcanforero de 500 o 600 años de antigüedad. Esta madera es muy resistente a la descomposición y a los insectos, además de tener también madera de cedro y de ciprés.

El gran torii de Miyajima aguanta las inclemencias del tiempo gracias a su construcción inteligente. Y es que su base no está profundamente anclada en el suelo marino, sino que se aguanta sobre seis pilares sujetos por siete toneladas de piedras situadas bajo los pilares del torii.

Muchos los visitantes dejan monedas entre las grietas de la madera de los pilares del gran torii. Este hecho ha debilitado enormemente la estructura del torii y ha obligado a los técnicos a iniciar las obras de restauración en junio de 2019.

Como frontera entre el mundo de los espíritus y el mundo humano, el color bermellón del gran torii no es casual: se cree que este color mantiene alejados a los malos espíritus.

De hecho, en la parte superior del torii, al este y al oeste, podemos ver pintados un sol y una luna. Esto es así porque la dirección noreste es considerada por el Feng Shui como la puerta de entrada del demonio, por lo que el sol bloquea esa entrada.

La placa del gran torii fue pintada por el príncipe imperial Taruhito. Taruhito fue un gran calígrafo e importante comandante durante la Guerra Boshin entre el shogunato y el recién creado ejército imperial. También participó en la Rebelión de Satsuma, o Guerra del Suroeste, en el siglo XIX.

El pequeño santuario Daikoku, dedicado a la deidad Okuninushi no Mikoto, también llamada deidad Daikoku. Daikoku es la deidad del emparejamiento, razón por la cual hay muchas tablillas de madera ema con deseos para encontrar pareja colgadas cerca.

Como sucede con muchos edificios del santuario, no se sabe cuándo se estableció este pequeño santuario. La creencia más arraigada dice que fue en algún momento del periodo Sengoku (1467 – 1600).

En el extremo, tienes el santuario Tenjin, dedicado a la deidad patrona de los estudios, la educación y la inteligencia, Sugawara no Michizane, también llamada Tenjin.

El edificio data de 1556 y, al contrario que la gran mayoría de construcciones del santuario, no es de color bermellón lacado, sino que conserva el color original de la madera. Hasta mediados del periodo Meiji se realizaban aquí ceremonias de poesía renga.

Estos dos santuarios están conectados con tierra firme por el puente Nagabashi o «puente largo». Pero como la salida siempre se realiza por el pasillo occidental, este puente está cerrado para los visitantes.

En el pasado, sin embargo, era uno de los múltiples puentes sin techo que conectaban la costa con el santuario.

Lo mismo sucede con el precioso puente rojo Soribashi, del que se tiene una preciosa vista desde el pasillo de salida. El puente Soribashi es otra de las construcciones del santuario con cimientos de piedra y no de madera.


En el pasado el puente conectaba la zona de la costa con el santuario y era usado por los mensajeros imperiales para acceder al santuario.

Este puente aparece documentado por primera vez en unos documentos del periodo Ninji (1240-1243), por lo que tampoco se sabe con certeza cuándo se construyó exactamente. Lo que sí sabemos, gracias a unas inscripciones decorativas, es que el puente actual data de 1557.

Antes de salir, pasarás por el pasillo occidental o Nishi Kairo. En sus orígenes, la longitud total del pasillo era de 205,4 metros. Posteriormente fue ampliado en dos ocasiones hasta alcanzar los 327,2 metros de largo. Desde 1784, sin embargo, el pasillo mide tan sólo 194,5 metros de largo, con paneles de madera del suelo que fueron restaurados en 1556.

Enfrente se encuentra el escenario de teatro nō y, un poco más allá, la salida del complejo. Este escenario nō es el único situado sobre el mar en todo el país.

Hace siglos este tipo de teatro ya se representaba en el santuario. Así, se sabe que se representó una primera obra de teatro nō en un escenario temporal en 1568.

Unos años más tarde, en 1605, el señor feudal de la zona donó un escenario de teatro nō al santuario. Y, finalmente, en 1680 otro señor feudal donó el escenario actual con su pasillo techado y su vestuario.

Actualmente el escenario se usa durante el festival Tokasai a mediados de abril y el festival Kenchasai en otoño. Cuando la marea está alta, el escenario parece flotar sobre la bahía.

Alrededores del santuario Itsukushima.

Antes de entrar en el complejo del santuario Itsukushima puedes acercarte a ver dos construcciones impresionantes. Hablamos de la pagoda de cinco pisos y el santuario Hokoku o salón de madera Senjokaku.

La pagoda de cinco pisos, de 27 metros de alto, no está abierta al público, pero puedes disfrutar de ella desde múltiples puntos de la isla. Es un gran ejemplo de paisaje prestado, algo muy japonés.

Por el contrario, el santuario Hokoku, también llamado salón de madera Senjokaku, sí está abierto al público y puede visitarse por un precio muy bajo.




El salón dispone de unas 857 esteras de tatami, razón por la cual recibe el nombre popular de Senjokaku o salón «de las mil esteras de tatami». En su interior se encuentra consagrado Toyotomi Hideyoshi, que fue quien lo mandó construir.

Aunque su muerte antes de finalizar la construcción y la subida al poder de Tokugawa Ieyasu hizo que quedará tal como lo ves hoy, sin terminar.

Al otro lado del santuario se encuentra el salón del tesoro del santuario Itsukushima. El salón contiene unos 5000 objetos preciosos del santuario y otros objetos de valor histórico. Uno de ellos, por ejemplo, es uno de los pilares originales del gran torii anterior al actual. El salón del tesoro está abierto de 08:00 a 17:00 horas y la entrada cuesta 300 yenes.

Finalmente, un poco más allá, tienes la lengua de arena Nishimatsubara que te lleva hasta el santuario Kiyomori.

Desde esta lengua de arena puedes disfrutar de preciosas vistas del gran torii de Itsukushima, el santuario y la pagoda de cinco pisos. Todo ello, además, desde una perspectiva diferente a la más típica.









Al anochecer, el santuario y el gran torii de Miyajima están iluminados hasta las 23:00 horas y, si tienes suerte, disfrutarás de una puesta de sol preciosa.



La calle Omotesando.

La calle Omotesando es un ejemplo perfecto de una típica monzen-machi, las antiguas calles de acceso a un templo o santuario que se llenaron de tiendas y restaurantes para dar servicio a los fieles.

En este caso, la calle Omotesando nos lleva al santuario de Itsukushima y es por ello que está llena de tiendas de recuerdos, restaurantes y todo tipo de puestos de comida. De esta forma se llama la atención tanto de los fieles como de los turistas que visitan el santuario.

La calle surgió a finales del periodo Edo en una tierra reclamada al mar. Pero fue durante el periodo Showa (1926–1989) cuando se convirtió en lo que es hoy: el centro neurálgico de la zona del puerto de Miyajima.

Por aquí es donde comenzaron a pasar todos los fieles y turistas que llegaban a la isla para visitar el santuario de Itsukushima, de ahí que surgieran tantas tiendas y restaurantes.

Gastronómicamente hablando, cuando alguien habla de Miyajima, a los japoneses lo primero que se les viene a la cabeza son las ostras. De hecho, en el ferry de camino a la isla o desde el mirador del monte Misen, por ejemplo, podemos ver fácilmente las granjas de ostras que rodean la isla. Las ostras de Miyajima son conocidas en todo el país, así que una visita a la isla no estará completa sin probar sus aclamadas ostras.

En la calle Omotesando hay varios puestos callejeros de ostras a la parrilla o yakigaki, así que no tenemos excusa. En la gran mayoría de ellos hay algunos bancos o taburetes donde sentarnos a degustar las ostras que acabamos de comprar.

Alternativamente, también podéis probarlas en muchísimos restaurantes, así que difícil no os va a resultar. En los restaurantes, además, no sólo podréis probarlas a la parrilla, sino por ejemplo cocidas en un donburi, un bol de arroz.

Pasear por la calle Omotesando es una experiencia, pero hay que hacerlo antes de las 18:00 horas, momento en el que la gran mayoría de tiendas cierran (algunas cierran incluso antes). Un poco más tarde estará ya todo apagado y cerrado.










Restaurante Kakifukumaru.

Restaurante Kakifukumaru.

Restaurante Kakifukumaru.

Restaurante Kakifukumaru.

Restaurante Kakifukumaru.



Gebura.

Gebura.



La calle Machiya.

Paralela a la calle Omotesando encontramos la calle Machiya, con un ambiente mucho más tranquilo y relajado. Al igual que la calle Omotesando, la calle Machiya también se encuentra en unos terrenos ganados al mar a finales del periodo de Edo. Entonces la calle se llamaba Honmachi-suji o calle principal de Miyajima.

Aquí se encontraban los bares o izakaya y los locales de ocio de la gente de Miyajima, pero durante el periodo de Showa (1926–1989) los negocios fueron cerrando y la calle perdió su esencia. Tanto, que los turistas comenzaron a pasear sólo por la calle Omotesando, olvidándose por completo de la calle Machiya.

En 2001 los vecinos de la zona quisieron volver a colocar su calle en el mapa y organizaron una exposición de muñecas hina, las típicas muñecas del Hina Matsuri. Para la ocasión, los vecinos abrieron las puertas de sus casas para exponer sus muñecas hina, muchas de las cuales tenían una historia de varias generaciones.

La iniciativa tuyo mucho éxito y, de hecho, se ha ido repitiendo año tras año. En la actualidad, las casas y locales abiertos al público que tienen muñecas expuestas colocan banderolas de color rosa para indicar que la gente puede acercarse a verlas.

Gracias a esta iniciativa, la calle poco a poco fue llenándose de vida de nuevo, respetando la arquitectura tradicional de las casas de la época o machiya, de ahí el nuevo nombre de la calle. Y hoy encontramos aquí desde casas tradicionales a ryokan y minshuku retro-modernos y algunas tiendas y galerías de arte hipsters que le dan un toque más contemporáneo.

Por la noche, con los farolillos de papel encendidos aquí y allá, la calle tiene un toque retro realmente bello.





 



Bugaku Estatua del Rey Lanryo.

Bugaku Estatua del Rey Lanryo.

 

Fuente: https://japonismo.com/ la mejor web informativa sobre Japón. ¡No dejes de visitarla!

No hay comentarios:

Publicar un comentario