lunes, 2 de agosto de 2021

Besalú. Girona. Cataluña.

 

La villa de Besalú está situada en un importante y tradicional cruce de caminos al este de la Garrotxa. Bisuldunum, su nombre original, era una fortaleza entre dos ríos: el Fluvià, al sur y el Capellades, al norte.

Besalú fue sede de un importante condado independiente. Cuenta con un conjunto histórico-artístico medieval considerado como uno de los más bien conservados de Catalunya. Forman parte de este conjunto la antigua iglesia del monasterio de Sant Pere del siglo XII, de la que destaca la originalidad de su deambulatorio; la iglesia de Sant Vicenç del siglo XII, donde se conserva una capilla gótica lateral dedicada a la Vera Cruz; la fachada de la antigua iglesia hospital de Sant Julià del siglo XII; la casa de Cornellà, monumento románico del siglo XII y la sala gótica de la Cúria Real. Destaca toda la judería, y en especial el Miqvé.

El Miqvé o casa de baños rituales de Besalú es, junto con el de Girona, el único rencinto de baños judíos descubierto hasta ahora en la Península Ibérica. Se trata de una casa de piedra con bóveda de cañón, típicamente románica, del siglo XII.

El majestuoso puente románico sobre el río Fluvià es otro de los vestigios del Condado de Besalú, que junto con el de Barcelona, Ripoll y el de Girona, vio el nacimiento de la nación catalana. No sólo por los monumentos se tiene que valorar Besalú, sino también por el aire medieval que ofrecen sus calles llenas de recuerdos.

Puente fortificado.

Su origen es desconocido. En 1705 ya se menciona y de esa época puede fecharse la estructura básica. Inundaciones y necesidades de defensa obligaron a practicar reformas. Primero en 1315, después en 1395 con la incorporación de las torres defensivas, en 1680 y finalmente en la década de los sesenta del siglo XX, después de la voladura parcial que sufrió en 1939.


Puente fortificado.



Puente fortificado.

 

Puente fortificado.

 

Puente fortificado.

 

Puente fortificado.

 

Puente fortificado.

 

 

Iglesia de Santa María de Besalú.

La canónica de Besalú, ha sido objeto de interpretaciones diversas en cuanto a su situación dentro de la villa condal y todavía no es una cuestión resuelta, aunque nuevos documentos y los últimos trabajos arqueológicos han aportado más datos y parece que también han ayudado a aclarar, al menos en parte, las diferentes interpretaciones que históricamente se han ido haciendo al respecto.

La villa de Besalú se fue desarrollando a la sombra de la colina donde consta documentado a partir del 957 el castillo condal, del que prácticamente no quedan restos, este recinto, además del mismo castillo, contenía otras edificaciones. Más allá se extendía la ciudad con las casas y edificios religiosos, especialmente la iglesia de Sant Vicenç, el monasterio de Sant Pere y la iglesia de Santa Maria i Sant Joan, más adelante conocida únicamente como Santa Maria, o Santa Maria de Capellada.

Se tiene constancia de la existencia de la canónica aquisgranesa de Sant Genís y Sant Miquel, fundada en el año 977 por el conde Miró II de Besalú (a la vez obispo de Girona) sobre una iglesia preexistente. La canónica mantuvo aquella situación hasta que en 1017 el conde Bernat Tallaferro obtuvo del papa la aprobación para erigir un obispado en Besalú, por lo que se convirtió, además, en sede episcopal.

Se añadieron nuevas titularidades: Sant Salvador, Santa Maria, Sant Esteve y Lignum Crucis (estas últimas a causa de la llegada de reliquias del papa san Esteban y de la Vera Cruz, con motivo de la fundación del obispado) y se perdió la advocación original de Sant Genís y Sant Miquel. El primer y único obispo, y también abad de la canónica, fue Guifré, hijo del conde Bernat Tallaferro. Aunque ha sido una cuestión controvertida, es muy posible que esta iglesia estuviera ubicada dentro del recinto del castillo, junto a él.

Aquel obispado de Besalú tuvo una vida efímera y el 1020 (con la muerte de su promotor, Bernat Tallaferro) se extinguió y en ese momento, o poco después, buena parte de la comunidad aquisgranesa de Sant Genís i Sant Miquel se trasladó a Sant Joan de Ripoll (Sant Joan de les Abadesses) que en 1017 había perdido su comunidad de benedictinas. Otra parte debió quedarse en Besalú, posiblemente ocupando la antigua capilla del castillo condal, dedicada a Santa Maria y conocida desde el 1012.

Entre el 1048 y 1055 esta comunidad se trasladó a la antigua iglesia (y ex catedral) de Sant Genís i Sant Miquel de la que se tiene constancia de una nueva consagración bajo la advocación de Santa Maria, con la doble funcionalidad de capilla condal y canónica aquisgranesa.

El 1084 el conde Bernat II de Besalú dio la iglesia de Santa Maria, además del patrimonio de la misma, a la canónica agustiniana de San Rufo de Aviñón. Con la comunidad agustiniana al frente se emprendieron obras de mejora en el edificio, la construcción de una nueva cabecera (siglo XII) y un claustro situado al norte de la iglesia, obra que debería situarse entre los siglo XII y XIII. En 1137 el conde Ramón Berenguer IV (el condado de Besalú se había integrado con el de Barcelona el 1111) cedió el castillo condal a la comunidad de canónigos.

Esta canónica disfrutó de una situación de prosperidad hasta que en 1592 una bula de Clemente VIII la secularizó, quedando como colegiata. En 1744 consta que la iglesia se encontraba en mal estado y luego sufrió hundimientos. En el siglo XIX los canónigos se vieron obligados a trasladarse a la iglesia de Sant Vicenç, muy cercana, pero fuera del recinto del castillo. En 1835 el lugar fue vendido a causa de la desamortización. Después algunos elementos escultóricos del edificio se dispersaron y una buena parte se encuentran ahora en Barcelona, en el Museu Nacional d’Art de Catalunya y el Conventet de Pedralbes, junto al monasterio de clarisas.







La Devesa.


La Devesa se encuentra en una terraza fluvial de origen cuaternario que se extiende a los pies de la ladera oriental de la colina de Santa María, en el extremo nordeste del centro histórico. Los restos más antiguos hallados en este espacio se remontan a la primera Edad del Hierro (s. VII a.C.), a pesar de que debemos esperar hasta el periodo ibérico tardío (s. III-II a.C.) para dar fe de una ocupación estable y consolidada. Durante la época romana, la zona se llenó con varios edificios, algunos de ellos de notables dimensiones.

En el siglo IX d.C., la Devesa quedó incorporada al interior de la población gracias a la construcción de la muralla carolingia.

Poco a poco el espacio se fue urbanizando con casas, talleres e incluso con una plaza pública. En una de estas viviendas, muy cerca de la torre reconda del castillo condal, es donde vivió el reputado médico judío Abraham des Castlar (s. XIV d.C.).




 

La Torre Lardera.

La primera noticia que tenemos de la torre, conocida en la documentación medieval como "Torre Lardera", nos lleva hasta el año 1075. Sin embargo, los restos actuales corresponden a una reforma hecha en el siglo XIII. Desde el piso superior se podía observar una gran
extensión de terreno, que incluía el extremo nordeste del Besalú -con el barrio de Capellada-, la sierra del Mont y la cuenca del río Fluvià. Actualmente, solo se conservan los cimientos, aunque tenemos que imaginar que en origen tenía un mínimo de dos pisos, con una puerta de acceso elevada, y estaba inserida dentro del trazado amurallado de la villa. El desnivel natural de esta parte de la población acentuaba la majestuosidad de la estructura, que seguramente servía para disuadir a posibles asaltantes y enemigos. Al pie de la torre circulaba el camino de Figueras, que salía del portal de Sant Martí -situado a unos 50 metros al sur de la torre-, cruzaba el barrio de la Capellada bordeando la muralla y bajaba hasta la riera del mismo nombre. Allí cruzaba un puente, hoy desaparecido, y se dirigía hacia Lligordà para después marchar a tierras ampurdanesas. Las excavaciones arqueológicas realizadas en el lugar en los años 2008 y 2011 permitieron descubrir un tramode vía empedrada, del siglo XIX, que se interpretó como una reforma moderna del antiguo trazado medieval.






Iglesia de Sant Martí de Capellada.



Puente fortificado.

Portal de la Fuerza (Portal de la Força).


Conocido también como el Portal del Castillo, daba acceso al recinto de la Força (siglo IX) que era una ampliación del viejo poblado visigodo. En el siglo XI se construyó el castillo condal que provocó reformas considerables en las murallas. Fue entonces cuando se abrió el Portal de la Força.


Portal de la Fuerza.

 

Portal de la Fuerza.

 

Puente fortificado.

 

Pza Prat de Sant Pere.

 

Pza Prat de Sant Pere.

Monasterio de San Pedro.

Antiguo monasterio benedictino fundado en 977 por el conde Miró de Besalú. La primera iglesia se consagraba en 1003. El templo actual, el único elemento conservado, es obra de finales del siglo XII. Consta de tres naves, transepto y una original cabecera de un único ábside con girola. El claustro gótico, el palacio del abad y las otras dependencias situadas al sur desaparecieron durante los siglos XVIII y XIX.


Monasterio de San Pedro.





Iglesia de San Vicente.



Iglesia de San Vicente.

 

Iglesia de Sant Martí de Capellada.



Iglesia de Sant Martí de Capellada. 

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