miércoles, 9 de enero de 2019

Palatul Parlamentului (Palacio del Parlamento). Bucarest. Rumanía.








Lámpara del Teatro C.A.Rosetti.
Teatro C.A.Rosetti.




Sala de reuniones Nicolae Bălcescu.




Entrada del 13 de septiembre.

Entrada del 13 de septiembre.
 









El 'hall' Alexandru Ioan Cuza.
 
El 'hall' Alexandru Ioan Cuza.
 
El 'hall' Alexandru Ioan Cuza.
 
El 'hall' Alexandru Ioan Cuza.
 
El 'hall' Alexandru Ioan Cuza.
 
El 'hall' Alexandru Ioan Cuza.
 












El Centrul Civic.

El terremoto de 1977 que destruyó algunos edificios de los barrios antiguos que se asentaban al sur del Dâmbovita, junto con la visión megalómana de los Ceausescu, precipitó el proyecto del Centru Civic, que empezó a construirse en 1984. La obra, además del palacio del Pueblo, incluía toda una avenida de edificios ministeriales, el B-dul Libertatii, a uno y otro lado del palacio y urbanizó la conexión con el centro histórico a través de B-dul Unirii.

Supuso derribar más de 8 km2 y casi 10.000 edificios construidos en el siglo XIX. Para 1989 el proyecto había sido ejecutado en sus líneas principales aunque los interiores de algunos edificios, incluido el palacio del Pueblo, se terminaron más tarde. El B-dul Unirii, de 100 m de ancho, recuerda intencionadamente a los Parques Elíseos de París, con una sucesión de fuentes y ordenados parterres de flores en un interminable raíl vegetal de 4 km, que llega hasta la Piata Unirii, a dos pasos de la Curtea Veche, es un tributo a la Bucarest de Principios de siglo, cuando la influencia francesa más se hizo notar en lo arquitectónico.

El Palatul Parlamentului es el centro evidente del proyecto. Las dimensiones sobresalen tanto como para ser el segundo edificio civil –si el Pentágono puede considerarse civil- más grande del mundo: 270 m x 240 m y más de 86 m de alto. Tiene 13 pisos sobre el suelo y 4 bajo tierra, incluido un búnker antinuclear. Cuenta con un total de más de 1.000 habitaciones, algunas tan grandes como para albergar un campo de fútbol dentro. Uno de los vestíbulos de la parte alta incluso tiene un mecanismo en el techo que se abre para permitir aterrizar un helicóptero.

La idea original era albergar oficinas del partido, ministerios y apartamentos para altos funcionarios. Los materiales que se utilizaron fueron exclusivamente hechos o extraídos en Rumanía y a pesar del enorme despilfarro de espacio y energía, un estilo cuidado en la ornamentación, congruente y con detalles elegantes se puede ver en toda la visita: las maderas de las puertas y paneles están finamente labrados, las alfombras –algunas de más de una tonelada de peso- son de una claidad sobresaliente, los mármoles, el pan de oro de los acabados y las lámparas –que suman más de 5.000 y que quedan lejos del proyecto original que presupuestaba 12.000- son sencillamente deslumbrantes en su trabajo, su acabado y su sujeción al techo, no en vano alguna soporta más de 2,5 t. Cuentan que Elena Ceausescu, que se encargó personalmente de la decoración de algunas salas, mandó rehacer las escaleras hasta 3 veces para que diesen con la altura más adecuada para su paso. Otra curiosidad es que en cada estancia hay una loseta que indica, esquemáticamente en qué parte del edificio nos encontramos.

La visita guiada (no se puede visitar por libre) dura unos 45 minutos, y lleva por distintos salones y pasillos, las cámaras de representantes si no hay plenario, la bella sala Unirii, donde se casó Nadia Comaneci en 1996 y acaba en la famosa sala Ion Cuza, desde cuyo balcón se contempla el B-dul Unirii y a derecha e izquierda, el B-dul Libertatii, el conjunto de edificios ministeriales y burocráticos que parece que ponen todos sus sentidos en atender al colosal proyecto central de Ceausescu. En la obra trabajaron directamente más de 20.000 personas y el proyecto requirió de la dedicación de 700 arquitectos.

Actualmente se utiliza como sede del parlamento, del senado, como centro internacional de conferencias y con fines turísticos.

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