miércoles, 2 de noviembre de 2016

Convento do Carmo y Elevador de Santa Justa. Lisboa. Portugal.






La grácil estructura de los arcos de esta iglesia carmelita, que fue la más grande Lisboa, son un recuerdo del terremoto de 1755. El prebiterio, la única parte intacta, alberga un museo arqueológico.

Las ruinas góticas de esta iglesia carmelita, en una ladera sobre la Baixa, recuerdan el devastador terremoto de 1755.

Fundada a finales del siglo XIV por Nuno Alvares Pereira, el comandante que se convirtió en miembro de la orden carmelita, esta iglesia fue en tiempos la más grande de Lisboa.

Actualmente, la nave sin techo es todo lo que queda del edificio original, que se derrumbó sobre la gente que asistía a misa. Las rosas trepan por los antiguos pilares, las palomas se posan sobre los arcos y los gatos se mueven entre restos de estatuas y capiteles.

Actualmente, el presbiterio y el cuerpo central de la iglesia son un museo arqueológico con una pequeña y heterogénea colección de sarcófagos, estatuas, cerámica y mosaicos. Entre los hallazgos europeos más antiguos hay unas columnas visigodas y una tumba romana con relieves de las musas. También se exponen objetos de México y América del Sur, entre ellos antiguas momias.

En el exterior sobre Largo do Carmo, se eleva una fuente del siglo XVIII, Chafariz do Carmo, diseñada por Ángelo Belasco y decorada con cuatro delfines.

Enlace a la entrada del Elevador de Santa Justa

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