Símbolo del aislamiento histórico de
China y de su sentimiento de vulnerabilidad, la Gran Muralla se extiende miles
de kilómetros en su travesía por desiertos, montañas y llanuras. Lo que
originariamente eran una serie de muros de tierra erigidos por diferentes
Estados, se conoció como Gran Muralla después de la unificación de China bajo
el reinado de Qin Shi Huangdi (221-210 a.C.). A pesar de su impresionante
escala, fue atravesada por los mongoles en el siglo XIII y por los manchúes en
el siglo XVII. Ahora es Patrimonio de la Humanidad y sólo algunos tramos se han
restaurado por completo.
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